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MAL DE MUCHOS

El cine iberoamericano se rajó en el Festival de Cartagena.

22 de mayo de 1989

No hubo sorpresas en la premiación del XXIX Festival de Cine en la ciudad de Cartagena: "La boca del lobo", la dura y violenta película del peruano Francisco Lombardi que reconstruye un episodio histórico ocurrido en la serranía cuando un batallón del ejército masacró a un grupo de campesinos por su presunta cooperación con la guerrilla de Sendero Luminoso, ganó los dos principales galardones otorgados por el jurado, compuesto por cuatro hombres y una mujer, Indias Catalinas a la mejor pelicula y al mejor director.
La película de Lombardi ya había ganado premios en dos festivales anteriores en San Sebastián y La Habana y es la culminación profesional de una carrera que hace cuatro años llamó la atención del mundo con su extraordinaria versión de "La ciudad y los perros" sobre la novela de Mario Vargas Llosa.
José Soriano, un actor que pasa de 50 años y veterano de películas y comedias de teatro, ganó por su interpretación del doble del generalísimo Francisco Franco en "Espérame en el cielo", del director Antonio Merceré, una burla profunda a los rezagos que todavía quedan en España de esa época turbulenta. Por su parte, la actriz cubana Ana Viña ganó la India de Oro por su papel de una madre ambiciosa y desmedida que quiere arruinar a todos con la celebración de los quince años de su hija, contra todas las posibilidades, en la comedia "Vals de La Habana Vieja" de Luis Felipe Bernaza.
El jurado, compuesto por Stephan Proaho, Rafael Granados, Manuel Pérez, Jaime Joseph y Joyce Durán,también otorgó premios al mexicano Sergio Olhovich,por el guión de su película "Esperanza", coproducida con los soviéticos; mejor fotografia a dos películas, "Tango bar" y "Consuelo", mejor opera prima compartida por la colombiana "Técnicas de duelo" de Sergio Cabrera y "Ciudad oculta" de Osvaldo Andechaga; un premio especial del jurado para la peruana "Juliana" realizada por el grupo Chaski y una mención especial para la banda sonora de la producción de Puerto Rico, "Tango bar".
"Juliana", dirigida por Fernando Espinosa y Alejandro Legaspi, cuenta el drama de una chiquilla que se corta el pelo, huye de su casa y entra a una banda de gamines que canta en los buses, pide limosnas y roba en las calles de Lima. La película también recibió el premio de la Oficina del Cine Católico y compartió con "La boca del lobo" el galardón otorgado por los periodistas que estaban cubriendo el certamen que se realizó entre el 14 y el 21 de abril, sorteando toda clase de conflictos financieros pero al final rescatado con el apoyo de Focine y algunas entidades locales.
La sensación que se tuvo en Cartagena, donde se exhibieron más de 50 películas (el certamen cumple el próximo año sus primeros 30 de actividades, bajo la dirección de un soñador como Victor Nieto), es que el cine no sólo en América Latina sino en todo el mundo está agotado, se siente un tremendo cansancio en los guiones aburridos, en las actuaciones tensas, en la dirección insegura y en la cantidad enorme de películas que llegaron de distintos países (desde China ,Unión Soviética y Polonia, pasando por Francia hasta llegar a Estados Unidos e incluyendo 13 títulos iberoamericanos). Era ostensible una crisis que afecta los pequeños y grandes estudios de cine.
Junto a peliculas atractivas como "Pelle el conquistador", que ganó hace pocas semanas el Oscar a la mejor película extranjera en Hollywood; "Complot contra la libertad" de Agnieska Holland, "Un tropiezo llamado amor" de Lawrence Kasdan, "Tucker" de Francis Coppola, la francesa "Campo de honor", los espectadores se sintieron defraudados por la escasa calidad de la mayoría de los títulos iberoamericanos, en los cuales se notaban un facilismo pernicioso, un afán por impactar al espectador sin trabajar mucho los aspectos narrativos y técnicos, mientras el público, aun el más indulgente se sentía defraudado. La crisis, dicen los expertos, es general y un cine en la encrucijada como el latinoamericano que debe encarar serios conflictos en países como Argentina, Venezuela, Chile, Brasil y el mismo Colombia, se refleja inseguro en las producciones actuales. Sin embargo, los realizadores en medio de los tropiezos del momento, siguen insistiendo.
El que un director tan seguro como Lombardi hubiera ganado en Cartagena y se exhibieran películas como "Tango bar", "Un vals para La Habana Vieja", "Juliana" y la misma "Esperanza", reflejan los distintos caminos por donde andan los realizadores de esta zona del mundo.