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‘Mamá Africa’ vuelve a cantar

Famosa en el mundo entero por el ‘Pata-pata’, su éxito de los años 60, Miriam Makeba es una mujer que ha asumido con brío la lucha y el canto.

Juan Carlos Garay
23 de octubre de 2000

En mayo de 1962 la cantante surafricana Miriam Makeba se presentó ante el entonces presidente de Estados Unidos John F. Kennedy. Desplegó todo su talento vocal y terminó brindando uno de sus mejores conciertos, pero no era todavía la hora de su fama. La atención la acaparó, esa misma noche, Marilyn Monroe, cuando salió a cantarle el Happy Birthday al presidente.

Un año más tarde volvió a dirigirse a los líderes mundiales, esta vez no para cantar sino para denunciar el apartheid en su país. El discurso le costó la expatriación, pero tampoco hubo suficiente eco en los medios. Irónicamente el mundo no comenzó a hablar de Miriam Makeba sino hasta 1967, cuando una canción suya intrascendente y divertida que se conoció como el Pata-pata llegó a los primeros lugares de popularidad.

El reciente lanzamiento del álbum Homeland por parte del sello disquero Putumayo ha brindado la oportunidad de un reencuentro entre la artista y su público de aquel entonces. No es que desde el éxito del Pata-pata esta vocalista se hubiera silenciado: siguió cantando a la hora de entretener y hablando fuerte cuando se trataba de llamar a la reflexión. Pero esa trayectoria fue registrada por pequeños sellos europeos que no alcanzaban a brindar la difusión ideal para esta música y estos mensajes. Homeland la vuelve a presentar a nivel global y se encarga de refrescarles la memoria a los oyentes con una reinterpretación de su viejo éxito, una versión más vivaz que se ha bautizado Pata-pata 2000.

Esa canción funciona bastante bien como pretexto. Atraídos por la posibilidad de escuchar a Makeba en una espléndida reminiscencia musical los oyentes se topan con un disco en el cual las sorpresas van más allá. El álbum termina siendo una celebración de la vida y una acción de gracias por el final de los malos tiempos. La experiencia del exilio, que en ella se tradujo en un constante viajar, le permite ahora cantar en inglés, así como en varios dialectos africanos. Y hay que anotar que el enriquecimiento de su música no se limita a lo idiomático.

En los tiempos en que anduvo errante se ganó el apodo de ‘Mamá Africa’ por el modo cariñoso con que lograba encarnar la música de su continente. Visitó varios países, exhibiendo un dominio maravilloso de melodías y ritmos, pero también una sutil nostalgia que fue parte importante de su interpretación en aquel entonces. Hace unos años pudo, por fin, regresar a su tierra y cantar ante Nelson Mandela, y no es exagerado decir que desde entonces su música se escucha más alegre.

El tono optimista de este nuevo disco, por consiguiente, es genuino. ‘Mamá Africa’ llevaba más de 30 años cantando para que la dejaran cantar. Sus grabaciones de antaño parecían, de algún modo, anhelar el momento en que pudiera realizar un álbum como éste. “Ahora que han pasado esos días, canta ella en el tema que da título al disco, viviré cada momento con júbilo en mi corazón”. Eso es exactamente lo que se siente al escucharla.