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MANOS DE PLATA

Comentarios en superlativo para Rafael Puyana por la grabación de 30 sonatas de Scarlatti.

21 de noviembre de 1988

El arte del clavecinista colombiano Rafael Puyana vuelve a ser noticia internacional. Esta vez, con ocasión de salir al mercado discográfico europeo un álbum de dos discos, donde interpreta 30 sonatas del compositor italiano Domenico Scarlatti.
Si bien el clavecinista norteamericano Scott Ross realizó la proeza de grabar la totalidad de la obra de Scarlatti para clavecín -555 sonatas-, trabajo que fue incluído en 34 discos compactos, la crítica especializada (que no juzga por simpatía ni maratónicos récords) destacó la interpretación de Puyana como "la más original, pulida e inteligente realizada en años por un clavecinista", y dio a esta edición el calificativo de "suceso excepcional". La versión de Puyana, a juicio de los especialistas en la obra de Scarlatti, además de mostrar un trabajo de profundo conocimiento y pureza estilística, sin manierismos o efectos innecesarios, presenta una selección de obras que -salvo Ross en su integral- los grandes del momento como Leonhardt, Koopman, Verlet o Sgrizzi. nunca han llevado al disco, lo que convierte a este álbum en una verdadera novedad.
Esta serie de 30 sonatas fue grabada por Puyana en uno de los clavecines de su soberbia colección parisina, un Hieronymus Hass construído en Hamburgo en 1740, el clave más elaborado que se conserva del siglo XVIII, único con tres teclados, que a juicio de Rafael Puyana es el que mejor se adapta para la interpretación de ciertas sonatas de Scarlatti. Por otra parte, este clavicémbalo tiene historia, por cuanto en él tocó la célebre Wanda Landowska en la exposición mundial de 1900.
Según opinión del crítico francés Louis-Marie Schmidt, "es la primera vez que se puede escuchar en audición técnica impecable, un clavecín auténtico, considerado pieza única" tocado por un intérprete de primerísima línea. Esta colección de sonatas de Scarlatti, grabada por Rafael Puyana para el sello Harmonia Mundi, no sólo es un trabajo de factura colosal sino una de las más extraordinarias novedades discográficas de este año, en opinión de varias publicaciones especializadas de Europa. Sobra anotar que en Colombia no se consigue, ni este álbum ni ninguno de los discos grabados por Rafael Puyana a lo largo de su carrera, que pueden sumar fácilmente más de veinte.
Y mientras las publicaciones discográficas especializadas comentan con superlativos el último trabajo de Puyana, la revista francesa Le monde de la musique, en su edición del mes pasado, dedica el informe central a la gran clavecinista Wanda Landowska, la mujer que se situó en la historia por haber sacado el clavecin del ostracismo y haberlo colocado en las salas de concierto, rescatando un valioso repertorio que había corrido la misma suerte del instrumento para el cual había sido escrito. En esas páginas se lee un emocionante testimonio escrito por Rafael Puyana, personaje que fue llamado de manera especial por la revista debido a que no sólo fue uno de los últimos alumnos de la célebre polaca, sino el más fiel heredero de su técnica y concepciones estilísticas. En este escrito, Puyana narra decenas de situaciones vividas al lado de su profesora y a lo largo del artículo sobresale la profunda cultura del maestro colombiano, quien hoy es considerado mundialmente como autoridad musical y como el más célebre heredero de la tradición Landowska lo cual, dicho en términos musicales, es asunto de peso.