Home

Cultura

Artículo

Stone escribió el guion de la película junto a Kieran Fitzgerald basándose en dos de los libros que se han escrito sobre el caso.

CINE

Snowden

La biografía de Edward Snowden, dirigida por Oliver Stone, intenta darle un tratamiento de héroe tradicional a un personaje atípico en su opacidad y timidez. ??

Manuel Kalmanovitz G.
10 de diciembre de 2016

FICHA: Título original: Snowden

País: Estados Unidos

Año: 2016

Director: Oliver Stone

Guion: Oliver Stone y Kieran Fitzgerald basados en el libro de Anatoly Kucherena y Luke Harding

Actores: Joseph Gordon-Levitt y Shailene Woodley

Duración: 134 min

El cine de Oliver Stone es un cine de exageraciones y caricaturas, de ruido y furia, de indignación militante y de admiración por grandes hombres –mujeres, no tantas–.

Esta película busca aplicar ese arsenal al caso de Edward Snowden, mártir expatriado de los derechos civiles, delator de una desbocada red de vigilancia que recopilaba cantidades absurdas de información, amparada por el miedo, la paranoia y la estructura de espionaje que floreció en Estados Unidos tras el ataque de septiembre 11 a las Torres Gemelas.

Se trata de una biografía autorizada, como lo dan a entender las imágenes finales en las que Joseph Gordon-Levitt, el actor que ha interpretado a Snowden durante toda la película, deja su lugar al Snowden real, rubio, miope, pálido, mirando al infinito mientras cierra su computador portátil acompañado de una nube heroica de violines.

El hecho de que sea autorizada hace que las continuas alabanzas al personaje de Snowden se sientan, además de reiterativas, poco elegantes. ¿De verdad es necesario que muestren a su entrevistador, cuando le hacen el test de entrada a la CIA, recordándole que sacó las mejores pruebas para entrar al Ejército y que habla “un poco de mandarín y un poco de japonés”?

Pero de pronto no sea solo cuestión de falta de elegancia. Porque hay algo que no termina de cuadrar en este matrimonio arreglado entre Stone y Snowden: el personaje es demasiado simple y callado, demasiado anodino para el andamiaje formal de saltos en el tiempo y grandes proclamas que la película crea a su alrededor.

¿Será justamente en reacción a la opacidad del personaje que el filme se desborda en alabanzas (“sin mentes como la tuya, este país sería desgarrado en el ciberespacio”, le dice luego el mismo entrevistador)? ¿Será su forma de convencerse –y convencernos– de que la pirotecnia vale la pena?

Snowden comienza con el encuentro de su protagonista con tres periodistas en Hong Kong a mediados de 2013, para entregarles un archivo de inteligencia que obtuvo como contratista de la CIA, que demuestra que el gobierno estadounidense espiaba a sus ciudadanos de una forma mucho más intensiva que lo admitido por funcionarios estatales (todo lo sucedido quedó consignado de forma más inmediata y apremiante que acá en el documental Citizenfour, de Laura Poitras, de 2014).

Los saltos en el tiempo muestran la llegada de Snowden al mundo del espionaje; su enamoramiento más tibio que apasionado con Lindsay Mills (Shailene Woodley), una fotógrafa y bailarina de barra levemente izquierdista; su ascenso laboral; sus ataques de epilepsia; sus dudas sobre la legalidad y moralidad del espionaje del que hacía parte.

A pesar de que mucho sucede en esta película, Snowden termina siendo un enigma. La razón, sospecho, es que se trata de una clase de héroe que antes no era visto como tal: un tipo callado, decente y serio, con más valentía cerebral que física; una clase de héroe que pide formas de retratarse, entenderse y celebrarse muy diferentes –más sutiles, menos ruidosas– que las que Stone sabe hacer. 

CARTELERA

Sangre de mi sangre **

Mel Gibson regresa como un padre tatuado y violento que busca salvar a su hija de unos criminales que quieren asesinarla.

Sully **

Película de Clint Eastwood basada en el acuatizaje de un avión de pasajeros en el Hudson, en 2009, que celebra un heroísmo simplificado.

Te prometo anarquía *** ½

Película mexicana vital y energética que muestra la cotidianidad de un grupo de jóvenes patinadores desinhibidos e inquietos.

La noche que mi madre mató a mi padre **½

Cinta española que mezcla en tono de farsa un melodrama familiar, actores famosos y un posible crimen.