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Sheikha Al-Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al-Thani | Foto: SEMANA.

ARTE

Retrato de una princesa

Se acaba de revelar que Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al-Thani fue la compradora del tríptico de Francis Bacon que se subastó en 175 millones de dólares.

22 de noviembre de 2013

Tras la última subasta de la Casa Christhie’s, en Nueva York, Sheikha Al-Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al-Thani, de 30 años, hija del anterior emir de Catar y hermana del emir actual, se convirtió oficialmente en la persona más poderosa del mundo del arte según ArtReview.

La obra Tres estudios de Lucian Freud de Francis Bacon, un tríptico de 1969 nunca antes subastado, empezó con un estimado de 85 millones de dólares y eclipsó el precio de El grito de Edvard Munch que en mayo de 2012 logró alcanzar los 119.9 millones de dólares. El año pasado la princesa compró Los jugadores de cartas, de Paul Cezanne,  por 250 millones de dólares.

Sheikha Mayassa bint Hamad al-Thani es una de las 13 hijas de Hamad Bin Khalifa al Thani, considerado el modernizador de Catar, quien a mediados de este año abdicó en favor de su hijo Tamim, de 33 años. La princesa es jefe de la Autoridad de Museos de Qatar y, según estimaciones de Forbes, controla un presupuesto anual de 1.000 millones de dólares para inversiones en arte, 30 veces más que el MoMa de Nueva York y 175 veces lo que invierte la Tate londinense.

La Autoridad de Museos de Qatar (QMA) está a cargo del Museo de Arte Islámico y del Museo Árabe de Arte Moderno entre otras instituciones donde actualmente se llevan a cabo exposiciones de grandes artistas contemporáneos, entre ellos superestrellas  internacionales como Cai Guo- Qiang, Takashi Murakami o Francesco Vezzoli.

La influencia de Sheikha Al- Mayassa no se limita a la compra de arte, también patrocinó la retrospectiva de Damien Hirst el año pasado en la Tate, una versión de esa muestra se encuentra ahora en Doha. Este año patrocinó una enorme iniciativa de intercambio cultural con el Reino Unido. Todas estas empresas han sido vistas como parte de los preparativos  para la celebración en Catar de la Copa Mundial de la FIFA en 2022.

“Estamos modernizando nuestra cultura pero al mismo tiempo estamos redescubriendo nuestras tradiciones y reafirmando nuestra herencia árabe”, dijo Mayassa en una conferencia. “Más que construir puentes lo que quiero es romper los muros de ignorancia entre oriente y occidente. Esta es solo una forma de integración cultural, la cultura es la herramienta para unir a la gente”, dijo.

Muchas son las suspicacias que despierta el discurso cultural qatarí cuando una corte de Casación de Doha ratificó la condena de 15 años de cárcel contra Mohammed Al Ajmi, un poeta detenido en 2011 por haber escrito un supuesto poema revolucionario. Catar está lejos de ser considerado un estado liberal y librepensador. Este año, por ejemplo, tres antiguas estatuas griegas fueron devueltas a Atenas después de que funcionarios se negaran a mostrarlas por estar desnudas.