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Una mujer deprimida llamada Justine (Kirsten Dunst) se enfrenta a su boda mientras corren rumores de que el fin del mundo está cerca.

CINE

Melancolía

Lars von Trier resume la pesadilla que ha estado narrando en este estremecedor largometraje sobre el fin del mundo.

Ricardo Silva Romero
31 de marzo de 2012

Título original: Melancholia
Año de estreno: 2011 
Guion y dirección: Lars von Trier
Actores: Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg y Kiefer Sutherland?

Usted puede odiar a muerte a Lars von Trier. Puede guardarle todo el rencor que quiera por haberle hecho pasar por aquellas escenas pegajosas que rematan Los idiotas (1998), por obligarlo a escuchar los chillidos escalofriantes de la infeliz Bailarina en la oscuridad (2000), por someterlo al horror de ser testigo de esa pesadilla asfixiante que es Anticristo (2009) en forma y fondo. Usted puede poner los ojos en blanco cuando Von Trier dé arrogantes declaraciones a la prensa o cuando trate de escandalizar a los periodistas de turno con bromas pesadas sobre la sana lógica de Hitler. Pero -porque una cosa es que a uno no le guste y otra muy diferente que sea malo- usted no puede negar que el cineasta danés es un hombre brillante: un gran artista. Hay que llevar todo un mundo por dentro para convertirse en el director de Dogville (2003). Hay que ser Lars von Trier para inventarse la perturbadora Melancolía.

Melancolía es una película de desastres. En Melancolía, como en El día después de mañana o en La guerra de los mundos, está a punto de suceder el fin del planeta. Y sin embargo, en el tenso largometraje de Von Trier no hay presidentes gringos que den alocuciones de último minuto ni explosiones ensordecedoras de la Torre Eiffel. Tenemos enfrente la incomodísima noche de bodas de una mujer profundamente deprimida: Justine. Que gracias a la paciencia de su hermana, de Claire, ha sobrevivido a una familia de narcisos que no van a ahorrarle a nadie un mal momento. Y que siente que el mundo es superior a sus fuerzas desde que su limosina se queda atascada en una curva del camino hasta que los invitados a la fiesta se dan cuenta de que aquel matrimonio no tiene futuro. No obstante, como la depresión todo lo relativiza, Justine sonreirá con resignación cuando se entere de que un planeta extraviado está a un par de días de acabar con la Tierra.

Kirsten Dunst se juega su carrera -y se la gana de vuelta- en el papel de la derrotada Justine. Charlotte Gainsbourg contiene todo el dolor que Claire ha negado desde que se dio cuenta de que pertenecía a semejante familia. Pero el protagonista es, como siempre, Lars von Trier. Sus películas siguen siendo parábolas que llegan a la conclusión de que lo que llamamos 'la vida humana' es lo mismo que llamamos 'el mal'. Sus películas siguen contando la historia de una mujer que da un poco de asco porque es demasiado buena para este mundo. Y Melancolía, que se regodea durante sus primeros minutos en bellísimas imágenes del Apocalipsis y se alarga sin piedad hasta reunir todas las piezas del rompecabezas, es una de sus obras capitales. Usted puede odiarla como odió El árbol de la vida de Terrence Malick o 2001: odisea del espacio de Stanley Kubrick. Usted puede verla entre la ira y la fascinación. Pero llegará a su final con la sensación de que le han dicho toda la verdad.