Home

Cultura

Artículo

Mi interés era tomar constelaciones humanas

El director alemán Michael Haneke habló con SEMANA sobre

26 de febrero de 2002

Por: Diego Garzón

Por estos días se exhibe en Colombia ‘La profesora de piano’, un filme escrito y dirigido por el alemán Michael Hanake. Este director de 60 años de edad tuvo su debut en el cine en 1989 con el estreno de la película ‘El séptimo continente’. Luego realizó ‘Benny’s video’ y ‘71 fragmentos en una cronología del azar’.

‘La profesora de piano’, que está basada en el libro de la escritora austríaca Elfride Jelinek, narra la historia de Erika Kohut, una reconocida pianista que enseña en el conservatorio de Viena y que vive una extraña y tensa relación con su madre. En su tiempo libre, Kohut se dedica a visitar cinemas porno y sex shops. La aparición en su vida de un estudiante que quiere seducirla da inicio a una trágica relación que guiará la cinta hasta el final.

La película recibió el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes el año pasado, el Premio a la mejor interpretación masculina y femenina en el mismo festival y el Premio a la mejor actriz en los Premios Europeos 2001.

Michael Haneke respondió algunas preguntas a SEMANA sobre el filme.

Semana: Durante la primera mitad de la película la música parece un elemento primordial pero después parece que ya no importa tanto ¿Era su intención?

Michael Haneke: ¡Absolutamente! La belleza de la música se aprecia en el comienzo de la película. Con el desarrollo de la historia abandono la música, ya que la música es un bienestar, un consuelo. Y, al final de la película, ya no hay lugar para el bienestar. Hay desconsuelo.

Semana: ¿Mezcló sus estudios de sicología y de música con la novela de Elfreide Jelinek, la cual dio origen al filme?

M.H.: Yo no mezclé nada. Mi interés era tomar constelaciones humanas y no me basé en una disciplina u otra. Obviamente mis conocimientos tuvieron que haber influido en la realización de la película.

Semana: ¿Hubo escenas que usted haya inventado totalmente y que no estuvieran en el libro?

M.H.: Sí, claro. La dramaturgia de una novela y de una película son bien diferentes y deben tener tratamientos diferentes. En una película no hay cabida para todo el relato de una novela. Así que hay que cortar partes. Hay también que inventar nuevas estructuras y, obviamente hice eso. Por ejemplo, en la novela hay muchos flashback de la juventud de la protagonista y, en reemplazo de eso, inventé la segunda historia de la alumna y su madre para no tratar los flashback de la protagonista.

Semana: ¿Qué fue lo que más le llamó la atención del libro?

M.H.: La historia y los tres grandes personajes que tiene. En esta historia se ve una compleja faceta de la sociedad que va más allá de las relaciones personales.

Semana: ¿Cómo seleccionó la música de la película? ¿Siente alguna predilección por Schubert?

M.H.: Soy un gran admirador de Schubert, pero, ya estaba especificado en la novela y en el guión que la protagonista tenía predilección por este compositor. Mi conocimiento de él me facilitó la elección de las obras.

Semana: En el filme parecen existir dos historia: la música y las "aberraciones" de la profesora. ¿Tuvo problemas al manejar estas dos facetas sin dejar de profundizar en ambas?

M.H.: Le corresponde al espectador decir si se logró profundizar en estos dos aspectos. Los problemas que tuve fueron de orden técnico, ya que los actores no son músicos. Pero esto es un proceso habitual y la función de un actor es representar lo que no es.

Semana: Erika Kohut es un personaje femenino de muchas facetas, ¿Isabelle Huppert ayudó en la construcción del mismo?

M.H.: En el rodaje aporta su sensibilidad. El personaje ya estaba definido en la novela y en el guión. Ella da su cuota en la actuación, como excelente actriz que es. Con otra actriz no hubiese sido lo mismo.