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MIERCOLES

Todos los alemanes fueron genocidas al menos en potencia, según este polémico libro.

MARIA MERCEDES CARRANZA
6 de abril de 1998

Los verdugos voluntarios de Hitler Daniel Jonah Goldhagen Traducción de Jordi Fibla Editorial Taurus, Madrid, 1997 $50.000 engo la obligación de advertir al lector que sea impresionable o muy sensible que no se aventure en este libro, porque los horripilantes hechos que narra y la crudeza como lo hace, atentan contra la salud mental de una persona sana. En efecto, si se considera la abundante bibliografía sobre el Holocausto de los judíos en la Alemania nazi, esta investigación aborda el tema desde un punto de vista muy audaz y lo hace con toda seriedad y sin contemplaciones ni inhibiciones de ninguna naturaleza. Yendo al grano, el autor intenta probar que tanto las distintas instituciones creadas por el régimen para matar, como la población alemana en general, compartían una cultura política antisemita de muy profundas raíces ancestrales, que permitió el horrendo exterminio de tantos millones de personas sin que se hubieran presentado grandes problemas de culpa individual y colectiva. Para comprobar tal hipótesis, el estudio se detiene en instituciones de cuatro clases que intervinieron en el Holocausto: los batallones policiales o pelotones de ejecución, los campos de 'trabajo', los campos de concentración y las marchas de la muerte. De cada una toma algunas organizaciones representativas y describe sus formas de operar y, con toda crudeza, los procedimientos de tortura y asesinato. Y demuestra que el genocidio no fue cosa de la élite nazi, que habría obligado a un pueblo entero a obedecer ciegamente o por temor. Con la tesis de que ante todo los perpetradores eran alemanes y que en su mayoría no pertenecían a las organizaciones políticas, militares y policiales nazis, quiere hacer ver que el ciudadano raso que participó en el Holocausto lo hizo por convencimiento y con orgullo patrio. Tanto que, por lo general, no estaban obligados a intervenir en masacres ni en torturas y, sin embargo, lo hacían e iban complacidos más allá de lo 'necesario'. Y todo con el asentimiento indiferente o complaciente del resto de la población. Como lo anterior se explica con testimonios, fechas, lugares y nombres, la argumentación resulta convincente, además de aterradora y repulsiva para las personas que no están familiarizadas con el tema, al constatar las características tan salvajes y tan inhumanas de esas operaciones de exterminio. Según dicen los editores, este libro es best-seller internacional y ha suscitado una fuerte polémica en Europa. Y no res para menos, dadas las fuertes denuncias que afectan al pueblo alemán y, yendo más lejos, a toda Europa en estos momentos de recrudecimiento del racismo y de la xenofobia en sus países.