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MILENA LA QUE AMA

La historia tortuosa y dramática de la mujer que mejor conoció a Kafka

23 de noviembre de 1987

Milena en alemán significa la que ama o, la que es amada. La Milena de esta historia es Milena Jesenká, periodista checa y comunista, considerada por algunos la persona que llegó a conocer mejor al escritor Franz Kafka, con todos sus laberintos emocionales, sus dudas, sus vacilaciones entre el amor y el sexo y sobre todo, la que se convirtió durante la primera mitad de este siglo en un símbolo perfecto de la batalla que sostenían las mujeres por ser ellas mismas, por ejercer su dignidad, su sexualidad y su formación profesional.
Este personaje protagoniza un libro denso, húmedo, palpitante y lleno de emociones, "Milena", escrito por Margarete Buber-Neumann, quien la conoció en el campo de concentración para mujeres de Ravenbruck. Con un estilo que en ocasiones se ve frenado por análisis de tipo sociológico y emocional, la autora reconstruye sus relaciones durante cuatro años con esa mujer quién, por sus ideas, su forma de encarar la vida y sobre todo, sus críticas endurecidas contra los soviéticos, se gana la animadversión de las detenidas comunistas.
Pocos personajes tan interesantes como Milena y el libro ayudan a conocerla muy bien. Nacida en Praga en 1896, vive en un hogar dominado por un padre tiránico quien después de la muerte de un segundo hijo, le hace la vida insoportable a la muchacha. Detesta su sentido de la libertad, de la autonomía. Ella no ahorrará ocasión para demostrar sus intenciones en la vida. La madre muere cuando tiene trece años y durante muchas noches, Milena protagoniza insólitas escenas mientras permanece en medio del frío, sentada en medio de las tumbas, hablando con los difuntos que quieren oirla. Se convierte en modelo de un pintor y a los quince años ante los ojos de los demás es ya una mujer adulta que piensa y actúa así. Voraz lectora de autores europeos, sustrae medicamentos de la farmacia del padre y comienza su adicción a la cocaína que ya no la abandonará jamás.
Presionada por sus familiares intentará estudiar medicina, pero el espectáculo y el olor de las vísceras azuladas le provocan náuseas constantes y renuncia a sus intentos. Vive como quiere, es capaz de recorrer los jardines públicos a las cinco de la madrugada en busca de flores y se lanza, vestida, a ríos y estanques ante el escándalo de quienes son testigos de una conducta que califican de peligrosa y extraña.
El libro abunda en la descripción de sucesos desagradables en el campo de concentración, especialmente en lo relacionado con la sexualidad de las detenidas. Mientras alterna escenas de horror con el pasado de Milena que ella misma cuenta, la autora va colocando las piezas de ese laberinto:
Milena a los 16 años se enamora de un judío, Ernst Polak, y el padre como castigo la encierra un año en una clínica mental; ella escapa, se casan y se marchan a Viena donde viven estrechamente, conoce numerosos escritores y comienza a publicar artículos polémicos en periódicos de Praga. Comen de sus traducciones y en 1920, conoce a quien marcará su vida para siempre, Kafka.
Será la primera en traducir sus obras al checo. Max Brod será testigo de esta relación que los consumirá y afectará profundamente. Mientras el escritor permanece en un sanatorio enfermo de los pulmones, ella lo visitara y lo calificará como "el mejor hombre que he conocido". Para él, ella está llena de fuego y pasión. No se parece a ninguna otra mujer. Este es uno de los aspectos más interesantes del libro, la descripción de esas relaciones que la timidez y los temores de Kafka harán más difíciles, sobre todo en el terreno sexual. La nota necrológica que ella publica ante la muerte del autor, es hermosa, dolorosa, ejemplar.
Para los fanáticos de Kafka y los amantes de las historias tortuosas, densas, este libro editado en castellano por Tusquets es una auténtica revelación.--