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MINUTO DE SILENCIO

Mueren dos auténticas estrellas del mundo musical: el barítono alemán Hermann Prey y el director italiano Lamberto Gardelli.

31 de agosto de 1998

Prey, nacido en Berlín en 1929, se movía con inusual versatilidad tanto en la ópera italiana y alemana como en la interpretación de lieder. Varios teatros alemanes le otorgaron el título de 'Kammersänger', el más elevado honor que puede recibir un cantante alemán. Si Hermann Prey era respetado en Alemania, en Italia era adorado a raíz de su interpretación de Fígaro del Barbero de Sevilla.
Tuvo el don de convertirse en estrella de excepción en las casas de ópera especializadas: para el Teatro Nacional de Munich era el mejor intérprete del compositor de "casa': Richard Strauss. Algo similar le ocurría con Bayreuth, el templo wagneriano por excelencia, en el cual era considerado insuperable. Y lo propio le ocurría con Salzburgo y Viena, donde era un paradigma de los personajes de Mozart. Además tuvo el acierto de ampliar su repertorio a compositores olvidados, como Lortzing, Pfitzner y Loewe, y protagonizó importantes estrenos mundiales de música contemporánea.
La crítica siempre elogió su inteligencia al escoger el repertorio, algo que le permitió mantenerse vigente en escena prácticamente hasta el momento de su muerte.
El terreno musical del maestro Lamberto Gardelli, nacido en Venecia en 1915, fue la dirección de ópera. Se le consideraba como uno de los herederos de la gran tradición lírica de Tullio Seraffin. Dirigió en todas las grandes casas de ópera del mundo con una calidad y un refinamiento fuera de cualquier sombra de duda. Sin embargo su gran legado fue la recuperación y revitalización de óperas del siglo XIX italiano, fuera de repertorio desde el siglo pasado, en particular las de Verdi anteriores a la llamada "trilogía popular', como Masnadieri, Stifelio, Lombardi, Due Foscari y la Bataglia di Legnano.