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MIS PRIMERAS LETRAS

Cada día más las editoriales se preocupan por el lector infantil.

28 de agosto de 1989

En el mundo imaginario del niño cuentan tanto las cosas reales como las que son producto de su fantasía. En el juego el niño integra estos dos aspectos, gracias a la movilidad de sus fronteras. En el juego va revistiendo el niño lo visible con los paisajes transformados, los personajes y construcciones imaginarias creando su propio reino. El poder que ejerce la lectura sobre la mente infantil tiene un marcado carácter de sugerencia. En los cuentos infantiles los personajes, más que reflejar personas reales, son figuras de una fábula. Los animales con sus cualidades humanas inician el desfile. Provienen de lugares desconocidos, lo que ayuda al niño, en su deseo de saber, a buscar la comprensión de la experiencia narrada. Cuando en los cuentos aparecen personajes humanos, estos pertenecen a países remotos, lugares más allá de las fronteras de la vida cotidiana.
Los libros infantiles son como países pasajeros,tierra encantada, reinos en que puede perderse el niño de mil maneras y de mil maneras encontrar el camino de regreso al hogar. La necesidad que tienen los padres de compensar, de alguna manera real, el efecto de la televisión,encuentra en el libro la más atractiva alternativa. La lectura da actividad a la mente del niño, la televisión la hace pasiva. Con la lectura se realiza una busqueda de comprensión y sentido con la televisión la recepción es indisciplinada nada discrimina y es por lo general inconsciente. Con la lectura se formulan preguntas y se suscitan respuestas; ante la televisión el niño enmudece. La lectura es diálogo, la televisión monólogo.
"OA" es la colección infantil que por estos días ha puesto en circulación Carlos Valencia Editores. Lleva el sello de un editor preocupado por publicar obras de nuevos autores, como alguien que está a la tarea de descubrir continentes ignorados. En esta busqueda se ha encontrado con escritores de obras infantiles con enorme talento. Hay en ellos un sentimiento tocado por la dulce providencia de las horas felices; el sentimiento sin el cual el libro para niños es nada. Pero también estos autores poseen el don de saber hacer sus historias, de narrar sus cuentos.
Un libro infantil debe provocar antes que todo la curiosidad de su futuro lector, quien debe escuchar el llamado desde sus páginas. Allí reside el secreto de las ilustraciones, que deben cumplir con el doble propósito de buscar con su atractivo el interés del pequeño lector y servir de ilustración al cuento que narra el autor. "OA", con sus diversos títulos, realiza este encuentro con verdadera fortuna. "Don Salomón y la peluquera", de Irene Vasco con ilustraciones de Pedro Ruiz,"Torta de cumpleaños" y "Tengo miedo",de Ivarda Coll,quien también realizó los dibujos, "La estrella que perdió el miedo a la noche", de Pilar Lozano e ilustrado por Olga Cuéllar, y "El León que escribía cartas de amor", de Triunfo Arciniegas", ilustrado por ella misma, son pequeñas joyas en su sabio sentido de sencillo amor hacia la vida.Por otra parte, la colección "El barco de vapor" se impuso desde muy pronto en el público infantil de lengua castellana. Es una colección ambiciosa que ha completado los cien títulos en los que sus series, Blanca para los primeros lectores; Azul, desde los siete años; Naranja, a partir de los 9,y Roja, a partir de los 12 años, conforman un espectro amplio a la medida de las exigencias del pequeño lector .
Si la colección "OA" está orientada a poner directamente el cuento en las manos del niño, "El barco de vapor" busca que, en ese diálogo íntimo y silencioso que se establece entre el niño y el libro, los padres y educadores sean sus intermediarios. Para afirmar esta relación la colección ha dado un sentido pedagógico a cada obra con las indicaciones extratextuales de las actividades que promueven trabajar con el libro. De cierta manera, el interés del cuento es resaltado a través de un cuestionario referido a la fábula que hace diversas su utilidad e importancia.
Una tercera serie la componen los libros publicados por la Editorial Andrés Bello, de Chile, con tres títulos, por lo pronto, en las librerías: el poema, ilustrado, "A Margarita", de Rubén Darío; "El libro de las preguntas"de Pablo Neruda y "LIaves para la poesía", de Miguel Arteche, con poemas ilustrativos de Pablo Neruda y Gabriela Mistral. Esta "LIaves para a la poesía" plantea cómo el niño puede descubrir el mundo a través de la palabra, de la palabra poética. El libro es como una guía que el autor propone para explicar el mundo que rodea al niño, quien a través de las palabras nombra las cosas y a las personas, dándoles un sentido. Con la palabra poética esas cosas adquieren una nueva luz y parecen envueltas en nuevas fragancias.
La lectura en la edad infantil, como se sabe, es tan fundamental como la creación de un sustrato sólido en que el pequeño puede apoyarse para dar ayuda a satisfacciones de la vida real. Los cuentos enseñan este camino de las pequenas empresas cotidianas, cuyo término puede ser el triunfo. Igualmente los libros infantiles inducen a armonizar con la naturaleza y sirven como evaluadores del desarrollo y la creatividad plena de los niños.