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Misión Imposible 2

La nueva versión de la famosa serie de televisión sorprende por su montaje mas no por la historia que vuelve a protagonizar Tom Cruise.

10 de julio de 2000

El efecto de entretenimiento que pueda causar una película en el público es, para muchos, razón suficiente para no cuestionarla ni en su contenido ni en su calidad actoral pues uno de los fines esenciales del cine es precisamente entretener. Con este argumento decenas de directores que se han ocupado de la realización de películas de acción defienden su labor, totalmente válida, en aras de convertir sus productos en rotundos éxitos taquilleros. El debate al respecto ha sido extenso y ha vinculado a muchos críticos del mundo. Sin embargo en un tema tan subjetivo jamás se ha llegado a conclusiones definitivas. Pero si en algo coinciden los expertos en que las escenas inverosímiles, generalmente, llevadas a cabo por el protagonista, son perdonadas siempre y cuando exista detrás un guión que no se presente predecible y que no repitan los mismos recursos.

Este es precisamente el pecado de Misión Imposible 2 que, de paso, no parece encarnar una versión de la famosa serie televisiva sino de cualquier película de acción. Desde el primer minuto el espectador ya sabe qué va a ocurrir de principio a fin pues los elementos no son novedosos: un héroe (Tom Cruise) interpretando al agente especial Ethan Hunt, un villano (Dougray Scott) y todo un ejército que lo apoya, y una mujer espectacular (Thandie Newton) que se enamora del héroe, dispuesta a darlo todo por él, y que se ve envuelta en todo tipo de situaciones, incluso como rehén del más malo de la película cuando el héroe ha derrotado a todos sus enemigos. La suma de escenas trajinadas no produce ningún tipo de sorpresa en el público, en esta nueva misión, que consiste en impedir que un virus mortal que ha desaparecido se propague y contagie a millones de personas en el mundo.

Pero no todo es malo, ni mucho menos. El director chino John Woo, quien empezó su carrera hace más de 20 años en Hong Kong haciendo comedias y cintas de terror para luego debutar en Hollywood en 1994 con Hard Target, Broken Arrow y consolidarse más tarde con Face/off, protagonizada por John Travolta y Nicolas Cage, demuestra una impecable realización, la cual se ha hecho familiar al público mundial por los comerciales de televisión de la firma Nike.

La producción, al igual que en la versión que dirigió Brian de Palma hace cuatro años, está a cargo de Tom Cruise pero aún así es notable la mano de Woo, principalmente en las escenas de mayor tensión. Esta es la mayor virtud de la cinta. Hay que olvidarse de la historia y disfrutar el magnífico montaje de Woo. Las numerosas dosis de acción y de suspenso seguramente ofrecerán dos horas de entretenimiento, aunque de antemano se sepa que el guión y el desenlace están sustentados en hechos repetidos que tanto han engrandecido a héroes como James Bond.