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MORALES TRIDIMENSIONAL

La Galería Diners, de Bogotá, rinde un homenaje a la escultura de Darío Morales, una de las modalidades artísticas que más entusiasmó al pintor cartagenero.

26 de diciembre de 1994

DARIO MORALES PINTO HASTA QUE la figura quiso salirse del lienzo. No fue ni siquiera un descubrimiento, sino una invitación de sus mujeres a que las sintiera en todo su contorno. Si ya las había fisgado durante años en el baño, en su habitación y en su cama arrojadas al capricho de su cuerpo, qué más daba que se mostraran por entero para que las observara por todos los ángulos posibles.

De alguna manera así nacieron sus esculturas figurativas, que comenzó a realizar en 1978, cuando sus mujeres adoptaron la tridimensionalidad del bronce. Pero hacía falta encontrarle su propio sitio independiente a otra obsesión que había cultivado con disimulo en todos sus cuadros y esculturas: la naturaleza muerta. Un clavo, una toma de luz, un interruptor, un juego de escuadras, unas tijeras, una fruta marchita, o cualquier otro objeto diferente de la piel humana, aparecían en su obra ocupando lugares a veces imperceptibles, pero cuidadosamente retratados, con un mensaje oculto, un anuncio de búsqueda y de misterio todavía por descifrar.

Por eso, cuando Darío comenzó a juntar desechos de las canecas de París, su esposa Ana María pensó que se estaba volviendo loco. Uno que otro objeto desechable estaba bien, pero no cajas enteras colmadas de todo tipo de potes oxidados, botellas raras y tapas inservibles. Los llevaba a su taller para disponer de ellos en el espacio: en el de su casa y, más tarde, en el que ocuparían como protagonistas de sus obras. Ya no serían aditamentos en sus cuadros. Serían la obra misma.

Sólo hacía falta presentar las maquetas a sus amigos para aprobar el ensayo. Y para eso la mejor manera era echarle la culpa a otro. Les decía: "Mira lo que le ha dado por hacer a Ana María" y esperaba la respuesta. Así nacieron, en 1984, sus primeras naturalezas muertas tridimensionales. Primero en el bronce usual, después en una aleación de bronce y níquel que dio resultado en el sentido de elevar esos objetos viejos a categorías superiores, como una demostración de que los objetos eran capaces de recobrar el brillo.

Dos de estas esculturas están siendo exhibidas por primera vez en Colombia gracias a la exposición que la Galería Diners, de Bogotá, está haciendo del pintor cartagenero fallecido en 1988. La muestra reune también algunas variaciones escultóricas de sus mujeres en el baño. Se trata de un homenaje a una de las modalidades artísticas que más apasionaron a Morales -la escultura- y una oportunidad para que el público capitalino vuelva de nuevo su mirada hacia uno de los pocos artistas que han logrado decirlo todo sin decir una sola palabra.-