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MUJERES DE HACE UN SIGLO

Por fin podremos leer en español "Las Bostonianas" de Henry James

15 de diciembre de 1986


Recientemente llevada al cine por James Ivory, la novela "Las Bostonianas" de Henry James, cumple este año un siglo de su publicación. El hecho de que por primera vez el lector colombiano pueda contar con una traducción de la extraordinaria novela de James da una idea del retraso con que obras capitales llegan a nuestro medio.

"Las Bostonianas" es quizá la primera narración del siglo XIX donde la presencia del movimiento feminista corre de principio a fin sobre el hilo conductor de la novela.

Pero teniendo en cuenta que los temas más evidentes en los relatos de Henry James son sólo un subterfugio tras el cual se dan los intrincados episodios entre sus personajes, el feminismo sirve en el relato para dar un tono elevado a la relación afectiva entre dos mujeres.

Olive Chancellor, líder de los incipientes movimientos feministas de Boston, reconoce en Verena Ternant a una dulce e inquieta jovencita, a quien incita a militar en la causa de la defensa de los derechos de la mujer. Pero pronto la presencia de Basil, como enamorado de Verena, hace que un triángulo de fuerzas se dibuje sobre el dominio de la situación.

La larga y compleja relación entre las dos mujeres evoca la tensión que James establece con sus personajes, propios de sus creaciones de esa época: ellos se debaten angustiados entre una concepción de sus ideas y su eventual ejecución; al frente están los contradictorios impulsos privados que ellos poseen.

El contraste entre la pura conciencia política y la vida es, sin embargo, algo mucho más complejo que lo que una oposición simple puede indicar. Es toda una arquitectura dramática que sirve a James para narrar consistentemente la relación de Olive y su discípula Verena, quienes dejan ver a través suyo todo el espíritu de su época.

Si Verena llega a aceptar complacida y orgullosa el alojamiento que Olive le ofrece, es para someterse indirectamente a la fidelidad absoluta que de ella ha exigido. Pero muy pronto comprendemos que el protector fuego sagrado que Olive ha encendido, proyecta sombras de un ser obstinado que quizá quiera llevar su relación con Verena a un amor equívoco.

Cuando Basil intenta comprometer en matrimonio a Verena, la más inteligente ironía de James entra en escena: la proposición de Basil no escapa a los desfallecimientos de la rutina y al lento deterioro que un matrimonio ha de soportar.

Entra también en escena la fina suspicacia de James orientando el relato para que veamos indirectamente. Olive ofrece una posición intelectual sólida, una seguridad consolidada y una postura ideológica ejemplar, pero con esto no hace más que ocultar su violento rechazo del mundo masculino. Verena, que se ha hecho portavoz del ideario feminista, es sólo eso, portavoz y nada más, no sabe lo que es realmente la convicción íntima. Si conoce el discurso libertario al dedillo, es incapaz de buscar la libertad en medio de su propia vida privada. Al final de la novela prevalecen las buenas costumbres sobre las relaciones equívocas, la aceptación de las convenciones sociales sobre la rebeldía que las impugna. Verena y Basil se casan pero en el episodio final queda de nuevo toda la fragilidad humana expuesta: el final feliz resulta agrietado por la acechante sombra de una duda: "Y es de temer--escribe el narrador--que en aquel matrimonio, tan lejos de ser brillante, al que la muchacha se enfrentaba, no fueron aquellas las últimas lágrimas que estaba destinada a derramar".--