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MUNDO ACUATICO

Esta es la película más cara de la historia del cine, pero la inversión no se nota en la pantalla.

16 de octubre de 1995



DIRECTOR: KEVIN REYNOLDS
PROTAGONISTAS: KEVIN COSTNER, DENNIS HOOPER, JEANNE
TRIPPLEHORN, TINA MAJORINO, MICHAEL JETER.

ANTES DE QUE Kevin Costner terminara Mundo acuático los especialistas habían vaticinado su fracaso. Las dificultades en la producción y los continuos retrasos en el cronograma de filmación contribuyeron a encarecer la cinta sin que por esto se asegurara su calidad, y los expertos se adelantaron a decir que la película terminaría siendo una improvisada producción torpedeada por la urgencia de acabarla.
A pesar de que los oscuros pronósticos de la crítica fueron ciertos, el fracaso no resultó ser tan estruendoso como se pensaba, entre otras cosas porque el público ha tomado el hecho de que sea la película más costosa en la historia del cine como una curiosidad que vale la pena satisfacer por encima de si es buena o mala.
Curiosamente los primeros 20 minutos de película son casi perfectos. La fantasía de la supervivencia humana en La Tierra después del hipotético descongelamiento de los polos da rienda suelta a la imaginación de los guionistas de elaborar una serie de circunstancias límite sobre cómo sería la vida del hombre en un mundo inundado: atolones construidos de chatarra, sofisticadas naves que logran reciclar lo mejor de la tecnología de antes del deshielo para adaptarla al agua, aparatajes aparentemente primitivos que filtran la orina y la convierten en agua potable... En fin, Mundo acuático introduce al espectador en un universo futurista que ilustra el abandono en que se encontraría el hombre en semejantes circunstancias.
La descripción del escenario hace pensar de inmediato en la película australiana Mad Max, protagonizada por Mel Gibson a comienzos de los años 80. Ambas poseen el mismo tema, ambas intuyen igual el primitivismo poscataclísmico, incluso ambas son contemporáneas a su tiempo. Mundo acuático puede describirse como Mad Max en el agua, solo que aquella, a pesar de sus brillantes primeros 20 minutos, no es ni la sombra de ésta en cuanto a madurez temática y desarrollo del filme. Y existen razones para que sea así.
Mundo acuático comenzó a filmarse sin un guión definido y en el transcurso del rodaje el libreto fue alterado más de 30 veces. Al mismo tiempo, la utilización de escenarios reales -en el mar de Hawai- y no estudios, ocasionó varios desastres, entre ellos el hundimiento del atolón artificial de los sobrevivientes. Por si fuera poco, Kevin Reynolds, el director, y Kevin Costner, coproductor, se enfrascaron en una batalla tan dura sobre el manejo de la película que terminaron por disparar los costos en proporciones descabelladas, sin que la inversión, de más de 200 millones de dólares contando el mercadeo, se notara en la pantalla.
Protagonizada por el propio Kevin Costner, Jeanne Tripplehorn, Tina Majorino y Dennis Hooper, la película cuenta la historia de un grupo de sobrevivientes al deshielo polar en su esperanza por encontrar tierra firme. La clave de hacer realidad el sueño la tiene una niña, cuyo tatuaje en la espalda es un mapa secreto que contiene la ruta hacia el continente. En medio de esta aventura que enfrenta bondadosos personajes con abominables piratas, sobresale la figura de un mutante (Costner), quien se convertirá en el héroe de la película.
Aparte del tedio en algunos pasajes y de la falta de claridad en el desarrollo del argumento, el personaje de Kevin Costner no alcanza a convencer. No es ni tan rudo como para ganarse al público adolescente ni tan tierno para cautivar a sus seguidoras. Es más bien un híbrido entre la bondad y la maldad que no logra definir su personalidad, un defecto repetido por Costner, quien ya había causado la misma sensación en Un mundo perfecto. En contraste, Dennis Hooper mantiene intacto su carácter de villano, mezclando la cuota justa de humor, torpeza y crueldad típica de sus personajes.
Por lo demás, Mundo acuático no pasa de ser una película de acción con una gran variedad de incongruencias en los detalles de realización que no encajan con el planteamiento inicial. En estas circunstancias, es probable que, para la historia, la película sea reconocida únicamente por la anécdota de ser la más cara del cine, pero más por el desperdicio de presupuesto que por sus cualidades cinematográficas.