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MUSICA DE LOCOS Y GENIOS

Como un enriquecimiento cultural del siglo XX puede interpretarse la aparición de este disco sobre "folías" españolas

25 de julio de 1983

PANIAGUA, Gregorio. "La Folía Española". Atrium Musicae de Madrid, Discos Hormonia Mundi HM 1050, París, 1983.
Antigua voz de origen latín y francés, la "folía" designa una serie de cantos populares y ligeros que se bailaban con gran estrépito en la Península Ibérica desde comienzos del siglo XVI, con acompañamiento de guitarras, flautas, panderetas y otros instrumentos típicamente españoles. En el profuso universo de la música ibérica, la primera mención de este tipo de danzas populares se encuentra en un texto clásico del juglar portugués Gil Vicente, quien hacia el año 1505 hiciera cantar una "folía" a cuatro voces a Isaías, Abraham, Moisés y Salomón en una composición titulada "Auto de la Sibila Casandra".
Diversos musicólogos españoles coinciden en señalar el origen netamente portugués de las "folías" ibéricas. Uno de los más eruditos linguistas de la Península, don Sebastían Covarrubias, la definió así en 1610: "Se trata de una especie de danza portuguesa muy estridente, en la cual numerosas cabriolas son ejecutadas con tamboriles y panderetas. Cargueros disfrazados llevan sobre sus hombros jóvenes ataviados con trajes femeninos, quienes, con los brazos en alto, giran, danzan y hacen música con tanto ruido y tal velocidad en el ritmo que parecen haber enloquecido. Por esta razón, esta danza se denominó Folía, expresión tomada del vocablo toscano 'folle', que significa loco, insensato, vano que ha perdido la cabeza".
Por entre la espesa fronda de la literatura musical española y portuguesa asoman abundantes alusiones a este tipo de danzas, particularmente en los cancioneros ibéricos de los siglos XV al XVIII y en los libros de lecciones de vihuela o de guitarra. A comienzos del siglo XVII, la "folía" fue la danza popular de moda en toda Europa occidental, máxime cuando empezó a perder su rapidez y vivacidad orgiásticas que la caracterizaron inicialmente.
Todo un cortejo de músicos importantes, desde el temprano barroco hasta nuestros días, la involucraron en sus composiciones: Arcagello Corelli, Jean-Baptiste Lully, Girolamo Frescobaldi, Antonio Vivaldi, Giovanni Battista Pergolessi, Juan Sebastián y Carlos Felipe Emmanuel Bach. La rapsodia española de Liszt (1863) y la ópera "Mascarada" de Carl Nielsen (1905) también integraron el espíritu alegre de la "folía" española en sus aires y danzas. La entrañable proclividad del ibero hacia la soledad y la pasión, que dio forma musical a su irrenunciable vocación de loco, también fue presentida y adivinada por otras sensibilidades y en otras latitudes. Pero la España de luces y sombras que retrataron magistralmente Quevedo y Goya no podía ser mejor caldo de cultivo para este género juguetón y vital, alocado y bello. La "folía" nació erila Península Ibérica, pero pronto se convirtió en uno de los temas obligados de la música europea en general, a pesar de su acendrado carácter hispánico.
Del erudito músico español Gregorio Paniagua, de quien se conocen también hermosos trabajos de investigación sobre la música helénica arcaica (que mucho hubieran gustado a Homero y a Sófocles) o sobre música mozárabe y tarantelas, es el reciente disco reseñado al comienzo de esta nota sobre las "folias" españolas, grabación al alcance del público melómano bogotano gracias a recientes importaciones hechas por las tiendas especializadas de la ciudad. La exhaustiva investigación adelantada por la familia Paniagua, así como la insuperable calidad de sus interpretaciones y arreglos, constituyen la mejor presentación del mencionado quehacer musical. Gregorio Paniagua, director del Atrium Musicae de Madrid, compuso entre 1980 y 1981 las doce "folías" que inintegran esta preciosa colección, inspirado en un generoso aparato de referencias musicales: cancioneros sefarditas y de palacio desde el siglo XV, ragas hindúes y lecciones de solfeo de Benarés, improvisaciones sobre temas populares, canciones de Juan dell Enzina, adagios de Corelli...
Guitarras, violas de gamba, panderetas, flautas de pico, tamboriles, clavecines, vihuelas, castañuelas xilófonos y hasta instrumentos hindúes (el sitar y las tablas), son algunos de los numerosos elementos exhibidos en esta hermosa y única grabación de "folías" españolas. El rico acervo musical del siglo XX ha ganado una joya más con esta sofisticada y sugestiva grabación.
Bravo por la música, por los locos y por los genios.