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NADA QUE PERDER

Una irregular comedia de acción que ofrece, sin embargo, uno que otro chispazo.

3 de noviembre de 1997

Director: Steve Oedekerk Protagonistas: Martin Lawrence, Tim Robbins, John McGinley, Giancarlo Esposito. una infidelidad justo en el momento en que se parece tocar el cielo con las manos puede llevar a echar la vida por la borda. Por lo menos eso es lo que le sucede a Nick Beam, un próspero ejecutivo de la publicidad que un buen día descubre a su esposa, en su propia cama, traicionándolo con su jefe.
Un arrebato de ira y la aparición de un inocente asaltante transformarán su vida por unos pocos días. Sus ansias de venganza y los líos en que se ve envuelto al lado de este aprendiz de malhechor, único acompañante durante sus intensas horas de dolor, desarrollan la trama de Nada que perder, la comedia de acción protagonizada por Tim Robbins y Martin Lawrence que narra las peripecias de estos disparatados personajes con ínfulas de delincuentes.
Asaltos, persecuciones policíacas, peleas a puño limpio y a mano armada y peligrosos roces con el hampa hacen parte de una trama que está sustentada en el poder histriónico de sus protagonistas. Lawrence impone su gusto por las muecas y los escándalos gestuales. Robbins la sobriedad y la ironía. Y aunque la mezcla rinde sus frutos en algunos pasajes, la cinta va tropezando poco a poco con sus propias limitaciones argumentales, las cuales obligan al director (el mismo de Ace Ventura) a valerse de toda suerte de tonterías para no dejarla caer en el letargo.
El resultado es una comedia irregular que fácilmente puede ser confundida con tantas otras películas del mismo corte y cuyo propósito principal es distraer al espectador por un par de horas.