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NEW YORK, NEW YORK

Con una novela sobre hispanos en Estados Unidos, Oscar Hijuelos gana el Pulitzer.

13 de agosto de 1990


Oscar Hijuelos tiene 39 años, dos novelas y acaba de ganarse el premio Pulitzer de literatura con una historia que escribió en una mezcla de castellano e inglés, con un título muy sugestivo: "Los reyes del mambo tocan canciones de amor". Durante varios meses este libro ha estado entre los primeros de la lista de los más vendidos del New York Times, periódico que el año pasado lo escogió como uno de los mejores. Hijo de españoles emigrados primero de Cuba y más tarde a Estados Unidos, Hijuelos se convierte así en el primer autor de origen hispano que gana un premio tan importante como éste y además, como una novela que es un homenaje a toda una cultura tropical y dicharachera que acabó por imponerse en las grandes ciudades norteamericanas, a través de elementos como la música, la comida, las mujeres, el cine, la moda y por supuesto, el idioma y la literatura.

Durante cuatro años Hijuelos reunió el material necesario para su novela, recogiendo testimonios y vivencias del vecindario, incluyendo a Pedro, el ascensorista de su edificio, quien durante sus peores noches subía hasta el apartamento de Hijuelos en busca de ron y mambos.

"Los reyes del mambo tocan canciones de amor" es la historia de los hermanos César y Néstor Castillo quienes nacen en Cuba, se hacen músicos profesionales y en 1949 se mudan a Nueva York en busca de fortuna.

Hijuelos ha escogido una de las épocas más esplendorosas de la música latina en Estados Unidos, cuando el mambo se bailaba en todas partes y los programas de radio y televisión le dedicaban largos espacios. Las grandes orquestas como la de Xavier Cugat dominaban los bailes en los clubes nocturnos, con programas que incluían una buena dosis de música antillana.

Los hermanos Castillo caen en Nueva York en el mejor momento. Cada uno tiene un concepto diferente de la vida. César es arriesgado, buen mozo, piensa que todas las mujeres deben acostarse con él y su consigna durante varios años es cambiar de pareja en la cama, todas las noches. Ninguna relación con una mujer puede durar más de un día. En cambio, su hermano Néstor es tímido y se la pasa lamentando la ruptura sentimental que tuvo con su amante María a quien dejó en Cuba y en cuyo homenaje se pasa la novela componiendo un bolero dulzón.

La novela sigue la evolución social y económica de los hermanos, con el trasfondo de toda esa cultura latino-norteamericana, con ese idioma "espanglish" que mezcla palabras de ambas lenguas, con la cocina cuyos platos Hijuelos detalla con ganas, con alusiones a los tabúes y obsesiones sexuales de los antillanos, especialmente los cubanos, hasta cuando en el momento culminante de su gloria son invitados a tocar en el programa de Desi Arnaz y Lucille Ball.

Más que nostálgica y tierna, la novela encierra una enorme carga de ironía contra el machismo caribe, cuando el mito del "latin-lover" arrasaba con las mujeres, especialmente las más rubias.

Los críticos ya encontraron la etiqueta para esta corriente novelística que ahora florece en Estados Unidos, empujada por las minorías: nueva novela-étnica. Hijuelos encoge los hombros cuando le hablan de esta corriente que conoce su apogeo después del minimalismo de Richard Ford, Robert Coover y Raymond Carver y prefiere hablar del contrato que ha firmado con la Universal para filmar una película que tendrá música de un genio, David Byrne, ex miembro del grupo "Talking Heads" y con el fin de no perder el tiempo comentando el Pulitzer anuncia que se encierra, en Roma, a escribir su próximo libro: la historia de una familia que tiene catorce mujeres, "catorce hembras", como dice él mismo.--