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NI FU, NI FA

Una biografía novelada de Manuela Sáenz.

22 de diciembre de 1997

Manuela Sáenz, hasta el ocaso Marie-Claire de Andreis Traducción de Elsa Villar y Marie-Claire de Andreis Ed. Martínez Roca Bogotá, 1997 $ 29.900 es una audacia medírsele a un tema como la vida de Manuela Sáenz, pues por lo atractivo y fascinante exige maestría y genio en el arte de narrar. Marie-Claire de Andreis se le midió y sale mal librada. Su intención fue hacer una novela histórica, pero se quedó en un relato desabrido, carente del más mínimo interés literario. La autora inicia la narración con una Manuela de 15 años y recorre los hechos más destacados de su vida, hasta el final en el pueblo peruano de Paita. Se ciñe estrictamente a los hechos históricos conocidos y reconocidos, sin hacer uso de la imaginación, lo cual está permitido si de novelar se trata y es usual en este género para llenar vacíos o para recrear el dato histórico, dándole una dimensión literaria. Recordemos las Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, o algunas obras de Carpentier o de Walter Scott y de Dumas en el siglo pasado, para constatar que la novela histórica, sea cual tiene la forma que adopte, va más allá del mero interés por divulgar la historia. Aunque tal vez el problema de este libro sea su pobreza literaria, pues con los hechos conocidos de la vida de la 'amable loca' basta y sobra para armar una narración magnífica. Aquí las descripciones son precarias y abundan los diálogos forzados, inducidos artificiosamente, en función de exponer. Tampoco encuentra el lector una reconstrucción interesante del mundo social y político de la época, solo lugares comunes sin ningún vuelo literario. Si hubiera que buscarle un antecedente a este libro, yo diría que es una versión subdesarrollada de Los reyes malditos de Maurice Drouon. Pero vaya lo uno por lo otro: si bien no hay imaginación ni valor literario, puede abonársele a la autora su discreción al tratar la relación entre Bolívar y Manuela, discreción que nos ahorra las escenitas románticas y las cursilerías. En verdad no hay melodrama ni salidas de tono en ese sentido. Debe abonársele también su documentación sobre la vida de Manuela y su evidente simpatía por el personaje. Gracias a todo esto el lector termina el libro o, al menos, no lo cierra indignado. No sobra señalar los descuidos imperdonables de la edición, entre los cuales figuran incluso errores de ortografía, como un cierto rozaba con s, en la página 111.