NO HAY CAMA

LA VISITA DEL TEAtro la Scala de Milán colmó la copa de los sevillanos, quienes no han podido asistir a las funciones que se vienen realizando en el nuevo Teatro de la Maestranza, enclavado en medio de la Torre de Oro y Plaza de la Maestranza.
El propio responsable de la División Cultural de la feria, Jose Francisco López Ruiz, reconoció que se habian interpuesto los intereses del visitante a los del aficionado.
El malestar empezó a presentirse cuando hace unas semanas Teresa Berganza y Jose Carreras; con la batuta de Placido Domingo y dirección escenica de Nuria Esper, presentaron la Carmen de Bizet, pues la boleteria no alcanzó para los anfitriones.
Sin embargo fue la llegada de la Scala de Milan, con La Traviata de Verdi, lo que agotó la paciencia y desencadenó las furias. La compañía, bajo la dirección de Ricardo Mutti, trajo la producción de Liliana Cavani, unica que pudo conjurar luego de 35 años el mito de la puesta en escena que para la gran María Callas ideó el también director cinematográfico Luchino Visconti en 1955. En esta ocasión los sevillanos tampoco pudieron asistir.
Lo cierto es que la temporada de la Expo, en cuya asesoria artistica se encuentra el propio Placido Domingo y que se desarrolla a lo largo de los seis meses de la feria, induye la presencia de la Metropolitan de Nueva York, la Bastilla de Paris, la Opera de Viena, las orquestas Viena, Berlin y Filadelfia y renombrados directores. Una enorme fiesta musical que los habitantes de la ciudad no pueden disfrutar por la televisión, pues en un alarde de imperdonable imprevision ni siquiera se adquirieron los derechos para transmitir lo que en el interior de la Maestranza ocurre.
A pesar de que para los sevillanos queda el jazz, la salsa, el folclor y los demás eventos que se prograrnan al aire libre, estos no son propiamente los grandes espectáculos.
Como quien dice, Sevilla pone la fiesta y la Expo sus invitados.-