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NO SEA INUTIL

Trucos para solucionar los problemitas de la vida cotidiana.

9 de junio de 1997

Miles de secretos útiles para el hogar (y otros aspectos de la vida cotidiana) Adriana Herrera Tellez Círculo de Lectores Bogotá, 1996 $ 20.000 a verdad sea dicha: este es un libro fascinante y no sólo para las mujeres de hogar, sino para todas y para todos. En más de 400 páginas ofrece miles de consejos para solucionar lo divino y lo humano en las situaciones de la oficina, la casa, el automóvil, los viajes, las mascotas, la salud, el bebé, los alimentos y la belleza. Su virtud principal reside en que es colombiano. O sea, su autora lo explica todo con términos que entendemos, los elementos cuyo uso aconseja figuran con los nombres que conocemos y son los que utilizamos a diario. Por tanto no hay que desbrevarse encargando a Estados Unidos o comprando en San Andresito lo necesario, cosa que suele hacer inútiles estos manuales cuando son de otras latitudes. ¿Quiere comprar un hámster? ¿Sufre de ciática? ¿Se le quemó la ropa con la plancha? ¿No sabe cómo cuidar sus adornos de marfil? ¿Los fríjoles le producen gases? ¿Le da duro el guayabo? ¿Posee los secretos para despinchar la bicicleta? ¿Su hijo tiene piojos? ¿Sabe cómo proteger el teclado de su computador? ¿El motor de su auto estornuda? ¿Estornuda su bebé? Lo bueno del caso es que muchos de esos problemas y miles más pueden tener soluciones de emergencia fáciles, como calentar una cerveza o rallar una pepa de aguacate. Otros se resuelven con ideas salidas del sentido común o gracias a una información que, por lo elemental, con frecuencia se ignora. La mayoría de los trucos y secretos provienen de una sabiduría popular que se ha transmitido a lo largo de los años. La autora, Adriana Herrera Téllez, es una periodista que recogió buena parte del material que utiliza en forma oral y especialmente con personas de edad. En el caso de este libro, mi responsabilidad al recomendarlo al lector está en responder por la eficacia de los procedimientos que aconseja. Puse, por tanto, manos a la obra y doy fe de que tuve éxito en las siguientes operaciones: logré desprender una horrible calcomanía pegada en el espejo del baño, ya no se pegan las cubetas de hielo en el congelador, deshice el endiablado nudo de una cadena y le curé la tortícolis a mi ahijado.