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NOTAS DE SOCIEDAD

En su obra reciente, la pintora Alicia Viteri emprende una crítica mordaz a los poderosos y los serviles.

2 de diciembre de 1991


CUALQUIER PAREcido con la realidad es mucho mas que simple coincidencia. Alicia Viteri parte de fantasías literarias -Kafka en sus comienzos y más tarde Allan Poe- y parece demostrar con su pintura que en la vida real, en lo cotidiano, hay tantas fantasías ocultas como en las páginas de los libros.

Personajes angustiados, con facciones deformadas por el sopor del ambiente, protagonizan los lienzos de Alicia Viteri que expone actualmente la Galería Alfred Wild, de Bogota. Vestidos de gala, preparados para la carga social de la noche, están siempre dispuestos a la apariencia y a la especulación.
La obra reciente de Viteri -quien no exponía en Bogotá desde hacía 10 años- constituye una crítica mordaz al mundo metalizado y a la hipocresía de las esferas políticas. El panorama sombrío de esa sociedad aparece perfectamente definido mediante la utilización de tonos grises y ocres. Y la apariencia queda reforzada con el collage, a través del cual adorna a sus personajes con encajes, baratijas, condecoraciones, joyas y pieles. No obstante, detrás de esta indumentaria estridente, la angustia del hombre se destaca por el contraste, e invita a la reflexión.

Es un lenguaje lleno de símbolos y de paradojas, escrito con un color preciso y con un tono de humor que marca la pauta para emprender la lectura. Es una obra que despierta la imaginación del espectador y le recuerda que este tipo de personajes ha existido siempre en la historia de la humanidad, aunque su traje haya variado con las épocas. -