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OIDOS SORDOS

Inexplicablemente, el último disco de "Son 14" no se conoce

7 de noviembre de 1983

Desde la inmensa emigración de músicos cubanos a Nueva York que empezó a gestarse en los años 50, por ser ya esta ciudad norteamericana una capital de posiblidades, emigración que vino a reforzarse a raiz de la revolución cubana, se decía que Cuba había perdido su son. Y en realidad fueron muchos los grandes músicos que se fueron: La Sonora Matancera, la guarachera Celia Cruz, Rolando Laserie, el ciego Arsenio Rodríguez, Miguelito Valdés y Rudy Calzado para no citar cien otros.
Sin embargo algunos se quedaron. No todos podían soportar la idea de vivir en un pais extraño. Menos aún dejar el sol, sus amigos y, lo más duro, su tierra. Así fue como se quedaron Benny More, Miguelito Cuní y la Orquesta Aragón. Pero lo más importante, no eran los viejos músicos quedáranse o fueránse, sino la necesaria evolución de la música afrocubana. Y fue por eso que en Cuba, en parte gracias al bloqueo norteamericano que tendría inevitables consecuencias también en la música, se dio el momento para la reflexión. Después de casi un decenio donde muy poco se oyó aparte del rock de las coladas emisoras de Miami -porque es triste decirlo, existió en un principio un total rechazo de los dirigentes cubanos hacia los músicos desertores- Cuba empieza su transición hacia una música diferente.
Por un lado la nueva trova cubana: buenos músicos y poetas de canciones políticas que continuaban buscando nuestra añorada identidad cultural latinoamericana, pero sobre todo, letras que cuestionaban la cabeza hasta de los más desentendidos, con sus versos sobre la cotidianidad. Y por otro lado estaba la salsa: esta vez con marcadas influencias de rock y jazz, y con grupos que lograban un verdadero rescate de la tradición bailable de la isla. De ahí nacieron, entre otros, la Orquesta Cubana de Música Moderna, Irakere y Son 14. De estos tres sólo Son 14, dirigido por el genial compositor Adalberto Alvarez, ha logrado que le prensen un disco en Colombia: "A Bayamo en coche" .
Sin embargo y a pesar de que fue editado hace ya algunos meses, sigue archivado en las repisas y anaqueles de los almacenes de discos. Y desgraciadamente, es bueno saberlo, en la cruel política comercial de las casas disqueras, disco que no se venda, es grupo que no se vuelve a traer. Y que no vuelvan a traer a Son 14, uno de los mejores conjuntos del momento en materia de música antillana, sería una lástima. Una verdadera lástima.