Una escritora en ascenso

Olga Elena Martínez de día es oftalmóloga y de noche es escritora. Su pasión por las letras comenzó desde que era una niña. Cuando nació su padre no le leyó cuentos de hadas, sino mitos griegos, y mediante esas historias le fue abriendo las puertas del mundo de la literatura.

Cuando tenía doce años escribió su primer cuento largo, al que llamó Se aproxima el horizonte. Años después, cuando estaba decidida a estudiar Periodismo, se encontró con que en Medellín la carrera no existía y que debía viajar a Bogotá para estudiarla, pero sus padres se opusieron rotundamente a la distancia.

La vida la llevó a estudiar oftalmología y, aunque inicialmente dedicaba casi el 100 % de su tiempo a ejercer la oftalmología, desde hace 10 años ha ido turnando su profesión con su pasión. Hoy su consultorio, de la Clínica Oftalmológica San Diego de Medellín, solo permanece habitado durante un par de mañanas y una que otra tarde a la semana, pues ahora Olga se la pasa escribiendo.

La escritora en ciernes tardó diez años construyendo su primera novela, pero antes y durante esos años, participó del oficio literario. Fue alumna de los escritores Mario Escobar Velásquez y Manuel Mejía Vallejo, en los talleres de literatura de la Universidad de Antioquia y la Biblioteca Pública Piloto. Escobar, antes de morir, incluyó un cuento suyo –Plazo cumplido- en su última antología y Manuel Mejía Vallejo, al revisar su primer escrito en el taller, le dijo: “yo no sé usted qué es, pero es una escritora”.

Ella siempre ha estado segura de que es más escritora, que cualquier otra cosa, por lo que afirma “la pasión me ha llevado a donde la profesión no lo ha hecho”.  Su novela, La otra orilla del Aqueronte, se sumerge en los inmensos mundos de obras literarias como La Eneida, La divina comedia, El quijote y hasta Pedro Páramo, en busca de personajes que ayuden a la protagonista a cruzar a la otra orilla del Aqueronte, el río del inframundo.

_{Portada del libro ‘La otra orilla de Aqueronte‘. Foto: Archivo Particular.}

Teresa, la protagonista de la novela, es una librera que a sus 18 años vive un abuso sexual y resulta embarazada. Sometida a la presión social de una conservadora sociedad antioqueña, prefiere abortar, antes que asumir el peso del estigma. Desde entonces su vida la lleva al borde de la locura y se embarca en una travesía existencial en la que descubre que el único mundo para encontrar a su hija no nacida es el inframundo.

Su viaje la lleva a atravesar las mencionadas obras literarias (La Eneida, La divina comedia, El quijote y Pedro Páramo) para sorprenderse con un desenlace que traspasa lo real y lo imaginario.