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OPERA MALDITA

Polémicas y demandas por recortes en la banda sonora de la película "Boris Godunov".

19 de marzo de 1990

"Boris Godunov", opera del compositor ruso Modesto Mussorgski, parece que es partitura que lleva una maldición encima.

No pudo Mussorgski verla representada una vez la terminó. Necesitó escribir una segunda versión que se atuviera a los criterios del Comite de Teatros Imperiales, y, aún así, 25 representaciones después de su estreno la obra fue vetada y archivada, y murio el compositor--en 1881--sin verla de nuevo subir a escena. Pasados 15 años de la muerte de Mussorgski, Nicolai Rimsky-Korsakov tomo en sus manos la partitura, realizó una revisión de argumento, reorquestó la obra y luego hizo una segunda version sin los cortes que había introducido. En 1926, como si la opera no hubiera sufrido suficientes traumatismos, Ippolitov Ivanov reorquestó la escena de la Catedral de San Basilio, y en 1940 Dimitri Chostakovitch hizo una nueva orquestación. Un viacrucis que no muestra ninguna otra obra del repertorio que haya sido terminada por su autor.

Y si este ha sido muy a grandes rasgos el calvario que ha vivido la opera "Boris Godunov", de Mussorgski, en lo que atañe a interpretaciones musicales los intentos por llevar al cine la obra han corrido con tropiezos similares.

Primero fue Andrej Wajda quien intentó hacer una película tomando el argumento de la opera de Mussorgski, pero el proyecto acabó por frusrarse y años más tarde Werner Herzog, quien se le mide a misiones casi imposibles, lo intentó de nuevo, y una vez más naufragó la iniciativa. Se necesitaba la terquedad del polaco Andrej Zulawski para que, contra viento y marea, convirtiera la idea en realidad. Sin dejarse amedrentar por dificultad alguna se sumergió en la empresa y la película hoy es un hecho que nuevamente confirma que verselas con la Boris, de Mussorgski, es asunto de valientes.
Tras no pocas vicisitudes la filmación se terminó, y no acababa Zulawski de coronar su empresa cuando Daniel Toscan du Plantier, el productor, y el baritono Ruggero Raimondi protagonista de la obra, juraron a lo cuatro vientos que jamás volverían a trabajar en operas llevadas al cine " La ópera en cine es un sueño maravilloso pero irrealizable", dijeron, "y esta será la última vez". Presentado la película en París, los críticos saltaron por haber convertido una partitura de tres horas y 40 minutos en 1.55 horas, recortando muchos episodios que para algunos eran demasiado importantes como para sufrir la tijera. Pero el gran escandalo resultó por los lados de Mtslav Rostropovich quien con la orquesta de Washington, realizó la banda sonora de la pelicula. El chelista y director de orquesta, consumido por la ira, demandó la película ante los tribunales y al propio Zulawski por haber, según él, destruido la partitura en aras de darle dizque un ritmo a la película para hacerla más comercial. No solo se recorto la obra sino que fueron abusivamente reducidas muchas pausas musicales, para acomodar el tiempo. La banda sonora, según el músico, está saturada de ruidos suplementarios que obstaculizan el seguimiento musical, y en por de su prestigio y profesionalismo y obviamente de los dividendos que recibirá por derechos de interprete, todo esto lo perjudica y exige una revisión total de la banda sonora.

Se quejó Rostropovich de que el llamado Acto Polaco fuera reorganizado por Zulawski, de que el decorador Nicolas Dvigoubsky reinventara las escenas de la catedral de San Basilio, y lo que consideró más grave, que Zulawski de la manera más irreverente e iconoclasta se hubiera mofado de Mussorgski, de.su obra y de la santa Rusia. Tales mofas consisten en que el director puso a Marina, encarnada en la pelicula por una actriz polaca que canta con la voz de Galina Vichnevskaia (esposa de Rostropovich), a retozar en una cama como una burda libertina, y en haber puesto a orinar al personaje de Inocente, símbolo de la santa Rusia, en un cubo frente a la estatua de la Virgen. Para Mtslav Rostropovich tales actos vergonzosos son una ofensa contra el pueblo ruso. Tal parece que pocas probabilidades tiene el musico de ganar esta batalla legal contra Zulawski. Sin embargo, tantos y tan variados problemas hacen pensar, una vez más, que "Boris Godunov", de Modesto Mussorgski, es una opera que lleva su maldición encima.-