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OTRA VEZ EL MAS

La periodista Pilar Lozano y su hijo abandonan el país por amenazas del MAS

30 de julio de 1984

A finales de abril el M-19 invitó a varios periodistas a una conferencia de prensa, donde se creía que el grupo guerrillero haría planteamientos sobre la paz y sobre la actualidad política. La noticia se agrandó, cuando los insurgentes perpetraron, a la vista de los comunicadores, una toma del tren de la sabana, en la que resultó herido un policía que opuso resistencia.
Entre los periodistas que concurrieron estaba Pilar Lozano, reportera del noticiero Promec de televisión. Como el hecho tuvo lugar un sábado, este noticiero fue el único que registró visualmente la toma. Su competencia del otro canal no había estado presente y los otros noticieros de la semana consideraron el lunes siguiente que la noticia estaba ya "quemada", de modo que no sacaron al aire lo que habían grabado.
Así, Pilar terminó siendo la única periodista que apareció, en el medio más impactante de comunicación, corriendo con un micrófono en la mano, detrás de los guerrilleros encapuchados, sobre la carrilera sabanera.
LAS EXTRAÑAS LLAMADAS
Las imágenes fueron explosivas.
Sobre ellas recayeron toda suerte de críticas. La propia prensa escrita, que había registrado el hecho, protestó por el despliegue dado a la guerrilla en la pantalla chica. El ministerio de Comunicaciones se pronunció llamando la atención a los medios y pidiendo moderación.
Pilar Lozano fue llamada a declarar ante los organismos de seguridad y, según contó después, algunos de los interrogadores quisieron inducirla a que confesara que ella sabía de antemano que el M-19 iba a asaltar el tren.
Entonces se produjeron unas llamadas telefónicas al domicilio de la periodista, en las que se le aconsejaba cuidar a su hijo de diez años "porque le va a pasar algo". La voz se identificó como perteneciente al MAS. La directora del noticiero, María Teresa Herrán, solidaria con su reportera, la acompañó a donde los jefes de los organismos de seguridad en busca de protección. Pero, ante el peligro que corría el niño, la familia lo escondió y lo envió de urgencia en el primer avión que salió para Miami, sin que su madre hubiera tenido tiempo siquiera de despedirse de él.
A LAVAR PLATOS A EUROPA
El martes 26 de junio, a primera hora de la mañana, Pilar Lozano viajó a Madrid, España, a donde finalmente se había resuelto trasladar a su hijo por existir allí mayores facilidades familiares. Había trabajado hasta las ocho de la noche anterior en el noticiero donde, desde el comienzo, se había destacado por su calidad profesional.
"Si la amenaza hubiera sido contra mí, no me hubiera importado, pero se trataba de mi Juan...!", comentó la periodista a propósito de su decisión de abandonar su tierra y su trabajo para irse a Europa, dispuesta, si es necesario, a recomenzar su vida "aunque sea lavando platos". -