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OTROS CAMINOS PARA LA MEMORIA

En la Galería El Museo, de Bogotá, tres pintoras plantean en el arte la necesidad de acudir al recuerdo.

8 de mayo de 1995

HACER VISIBLE la vivencia, la memoria, y la necesidad del sentimiento, es la preocupación que alimenta la obra de Las tres pintoras que en la actualidad exponen en la, Galería El Museo. Ellas son Muriel Angulo, Vicky Newman (en Bogotá) y Catherine Gutbub (en la sede de Cali). Aunque con obras diversas, sus búsquedas, ajenas a cualquier tipo de teorización, intentan habitar en la pintura, el espacio sensible que conquistaron para ellas las corrientes líricas de la plástica del siglo XX
Vicky Newman, posiblemente la más cercana a los lenguajes abstractos, utiliza, a pesar de ello, recursos del trabajo del ilustrador, con el fin de despertar los recuerdos. En amplios campos de colores tierra, en los cuales hace valer la riqueza del gesto, ubica figuras, por diversos motivos reconocibles, que remiten la memoria a un tiempo pasado en el cual la cotidianidad recobra valores poéticos.
Con inquietudes similares, Muriel Angulo acude al universo de imágenes que conoció en su niñez. Con un colorido intenso, y valiéndose de formas referidas a la historia del arte o a la memoria infantil, representa una alternativa distinta en la inquietud por volver a transitar mundos pasados.
En su obra estos se reconstruyen a partir de la fusión de fragmentos conformados por contenidos procedentes de órdenes diversos. Algunos trazados provienen de los diseños de las cartillas escolares y otros libros donde realizó sus primeras lecturas, de la lotería y demás juegos de la infancia, y muchos otros, de formas que le acuden sin razones específicas, pero con las cuales descubre otras realidades que consideraba perdidas.
Asimismo Catherine Gutbub consulta en la nostalgia del pasado razones para su expresión artística. No es su vivencia la que representa, sino la que ya ha registrado la historia.
Sus desdibujados personajes, protagonistas de antiguas y anónimas fotografías, están marcados por las huellas y las interpretaciones que más de un siglo de relatos y recuerdos han dejado sobre ellos.
Son propuestas que evidencian que en el arte no existen límites para expresar, si es el caso, siempre la misma preocupación, pues explorar en el campo sensible es abrir la posibilidad a todo tipo de diálogos, para entender con ellos que no bastan las definiciones, que siempre habrá algo más por comunicar y que no existen formas de encerrar la alternativa que representa la sensibilidad.


LA MEMORIA DEL ARTISTA
Hasta fin de mes también en la galena El Museo se presentará la más reciente producción escultórica de Jim Amaral.
DESPUES DE LOgrar una importante ubicación como dibujante, Jim Amaral ha explorado diversas posibilidades expresivas del trabajo tridimensional. Ha realizado objetos, con o sin utilidad, y creaciones escultóricas en las cuales evidencia, a pesar de atender otras preocupaciones como el uso de nuevos materiales, vínculos con su obra pasada.
Desde que inició su carrera artística en Colombia, hace ya más de 30 años, la crítica resaltó la sensibilidad de su trabajo y su actitud .nostálgica y erótica, pues sus dibujos y pinturas, así como posteriormente sus esculturas, han propuesto espacios de reflexión en el plano de la sensualidad, en el cual descubre un lugar para expresar el paso del tiempo, la ensoñación, el amor, la tristeza y la alegría e incluso la ironía.
En el alucinado mundo de Jim Amaral, se han dado cita todo tipo de emociones y se ha creado un espacio para un nuevo lenguaje en el que la principal fuente imaginaria han sido los más íntimos sentimientos del artista. Por esa razón se vincula su trabajo con el de los surrealistas, pues como ellos ha ofrecido una imagen a su propia experiencia y un lugar de primer orden al conocimiento de sus motivaciones iconscientes, al tiempo que ha perseguido la poética en la apariencia del absurdo o en la ensoñacion.
La delicadeza ha sido herramienta fundamental de su obra, desde sus días de dibujante hasta el momento actual en el cual, a pesar de la, a veces, monumental o desnuda apariencia de sus creaciones, hace prevalecer en ellas el sentimiento nostálgico y la apacible presencia del que se pierde en sus recuerdos. Sus esculturas como toda su obra pasada viven en la alusión a lo que ya se fue o a lo que es inalcanzable y que por lo mismo se convierte en memoria o en mito.