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PARA LEER EN VACACIONES

Feminismo, socialismo y erotismo en tres libros de fin de año.

19 de enero de 1987

Un libro escrito por mujeres y editado por mujeres parecería, a simple vista, una recopilación de agravios feministas en contra del poder masculino. Pero no. Las 350 páginas, impresas impecablemente, del libro "Voces insurgentes", editado por la socióloga María Cristina Laverde y la médica Luz Elena Sánchez, con el auspicio de la Universidad Central y del Servicio Colombiano de Comunicación Social, con artículos de quince mujeres colombianas, una nicaraguense y una uruguaya y con ilustraciones de las pintoras colombianas Débora Arango, María de la Paz Jaramillo, Beatriz González y Lucy Tejada, son mucho más que un balance sobre la desigualdad de la mujer, más que un listado de reivindicaciones de gremio y que un quejido lastimero sobre la condición femenina. Es una reflexión sobre el amor, el trabajo, la política, la religión, la salud, la mitología, la sexualidad, la literatura y la historia, a través de voces que insurgen para rendir un homenaje a dos mujeres muy especiales.
La primera de ellas, Ofelia Uribe de Acosta, quien cumple este 22 de diciembre 86 años y que por el año 44 sacó el periódico Agitación Femenina, y luego, en 1985, el semanario Verdad. Su labor no se limitó a escribir sino que fue una de las abanderadas activistas por los derechos de la mujer. En 1963 publicó "Una voz insurgente", con la más documentada historia del feminismo en Colombia. La segunda mujer homenajeada es la pintora Débora Arango, proscrita hasta de los diccionarios de artistas colombianos por haberse atrevido a pintar desnudos; es reconocida ahora como una de las más importantes artistas plásticas del país.
Sin embargo, la voz solitaria de Ofelia Acosta de Uribe y la pintura "pagana" de Débora Arango, aunque homenajes merecidos no son el unico atributo de este libro, que se presenta como el tributo a la mujer colombiana, a esa que ha batallado a lo largo de la historia patria desafiando la ira patriarcal de todos los colores. No basta hojear "Voces insurgentes", es necesario leerlo para conocer el pensamiento femenino y con él el pensamiento de media Colombia.

De las listas de libros más vendidos en los suplementos, el escritor checo Milan Kundera, no ha salido de los primeros puestos desde el año pasado. Los lectores de "La levedad del ser", "La broma" , "El libro de la risa y el olvido" y "La despedida", se agrupan en las reuniones como quienes padecen una enfermedad similar o han encontrado una nueva vía de conocimiento: con atenta devoción intercambian impresiones. Las revistas, todas con excepción de las del corazón, ven en la mención de Kundera la certeza de que será leído todo lo que se escriba. Hacía falta un ensayo de más aliento, que saciara esa sed de Kundera que ha sido más profunda y duradera que la que hace cuatro años empezó por Margueritte Yourcenar y hace dos por Yukio Mishima, estas dos como Kundera, miradas filosóficas provenientes de Oriente sobre Occidente, como tres casos literarios sobresalientes.
Ha salido en Colombia el primer texto de estudio sobre Kundera: la presentación analítica de su vida y su obra y su comparación con escritores como Dostoievski y Franz Kafka; ensayos escritos por el mismo Kundera sobre el socialismo, la música, la historia, el humor y sus constantes literarias; entrevistas con el autor y comentarios de escritores a la obra; un diccionario personal que el autor supervisó para el periódico El País de Madrid, forman todos el libro "Milan Kundera, literatura, socialismo y poder" con edición y presentación de Fabio Giraldo Isaza. (Minotauro Editores, Bogotá, s.f.).
Es ante todo el acopio de material disponible y un aporte sobre un fenómeno literario y filosófico que apenas comienza a asimilarse y es curioso que provenga de un economista, estudioso del sicoanálisis y la literatura que se las ve a diario como vicepresidente técnico de la Cámara Colombiana de la Construcción, con los efectos sociales de las medidas de sus colegas los economistas. Fabio Giraldo Isaza viene desde la universidad (economista del Externado y master de los Andes) siguiendo a Kundera en francés y en español, como una crítica integral al positivismo que rige las ciencias y las instituciones, al poder que, subterráneo, maneja las relaciones entre los hombres y a los efectos sicológicos que tienen los modelos de sociedad capitalista y socialista, impuestos.
Kundera es una suma literaria, la síntesis cultural que Checoslovaquia posibilitó de alemanes, eslavos y judíos con sus tradiciones a cuál más enraizada, disuelta a la fuerza por la Unión Soviética y su tabla rasa del socialismo, lo que produce seres humanos desgarrados y lúcidos como él. Así el texto "Kundera, literatura, socialismo y poder" trata de reconstruir ese conflicto con el poder planteado ya por Dostoievski y Kafka con una precisión casi profética y que abarca con Kundera todas las contradicciones del socialismo como del capitalismo en cuanto dominan el mundo y pierden el individuo. La vida de Milan Kundera y la de su tiempo están bien recopiladas en sus ensayos, sus conceptos, sus críticas y sus palabras por otros que, como Giraldo, han visto en el autor, la retroexcavadora que es capaz de remover las estructuras de este mundo aparente que hemos llegado a creer real y normal. Se trata de un breviario para los muchos que tienen en Milan Kundera su autor de cabecera.

La novela "Los pecados de Inés Hinojosa", escrita por Próspero Morales Pradilla, comienza con una hermosa y joven recién desposada, intentado copular con un marido que se aferra a la beodez, el cansancio y el sueño. Con todos los sentidos alzados ella espera pacientemente, como deben hacerlo las mujeres durante la Colonia en esta parte de América,hasta cuando, aburrida e insatisfecha, se queda dormida.
Cuando el sol salga, cuando los efectos de la resaca despierten al marido, cuando ambos descubran la desnudez y la impudicia del otro, entonces el lector asiste a una escena que recuerda algunas películas de Pasolini y Fellini, ciertos pasajes de la picardía española y un humor negro que se desborda: humillado porque la ansiada erección no se presenta, la golpea, la hace sangrar, la castiga en un acto del más divertido sadomasoquismo sexual que encuentra su culminación inmediatamente.
Ese tono irónico, esperpéntico, erótico, desbordado, descriptivo hasta en sus detalles más sórdidos, se mantiene a lo largo de 590 páginas que el autor utiliza para contar las aventuras de esta Inés Hinojosa, personaje verídico dentro de cuyo cuerpo estuvieron algunos de los protagonistas de esa época de conquistadores, virreyes, oidores, curas, mercenarios, soldados, rameras, misioneros, indígenas y brujos, en escenarios de conventos, casonas, palacios, buhardillas, granjas, prisiones y alcobas, en una atmósfera de corrupción, ingenuidad, santidad y excesos de toda clase.
Inés Hinojosa, como la Moll Flanders de Henry Fielding o las rameras que acosan a Tom Jones, no tiene un sentido estricto de la moral y para ella, ser infiel es apenas la forma natural de vengarse de una sociedad, una época y unas reglas familiares que intentan extirpar el pecado en esta tierra de indios y mestizos y por eso se las arregla para burlarlos a todos, hasta llegar a construir un pasadizo en su propia casa con el fin de recibir al amante de turno.
Epoca de hipocresía y dobleces, cuando la religión se convierte en una excusa débil para empatar con Dios y el Demonio, cuando la sombra de Lope de Aguirre cruza esas tierras como un fantasma, cuando el honor y la familia tienen que ser lavados con sangre, cuando la hechicería es utilizada por todos, cuando se ejerce el despotismo, cuando se engaña al monarca español, cuando Santa Fe, Tunja, Pamplona y otras ciudades son escenarios de rumores, chismes malintencionados, conjuras, asesinatos en la madrugada, complots contra la autoridad, irrespetos a la Iglesia, infidelidades de señoras decentes y pecados de sirvientas.
Los pecados de Inés son inventariados hasta la saciedad, sin ahorrar detalles hasta llegar a las últimas páginas cuando el lector, enamorado de esa mujer hermosa y siempre dispuesta a la copulación, lamenta el desenlace que los libros de historia recogen con menos humor negro, con menos cinismo, con menos descripciones eróticas que esta novela, editada esta semana por Plaza & Janés.