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PARA MATARTE MEJOR

Cerca de 600 revistas especializadas en armamentismo ofrecen los mortíferos productos como si fueran inofensivos tarros de galletas

10 de junio de 1985

En aquellos amantes de las formas, esas imágenes despiertan toda clase de sensaciones que oscilan entre lo sensual y erotico, y lo morboso. Sin embargo, no son las figuras despampanantes y pródigas de las modelos que despliegan sus no siempre naturales encantos en las páginas de Playboy.
Son, quién pudiera creerlo, tanques, ametralladoras, aviones de combate misiles y toda la clase de parafernalia bélica que humano alguno sin uniforme pueda imaginarse.
Se trata de la revista "Tecnología Militar", publicación impresa en Alemania Federal, de una calidad que ya quisiera tener cualquier revista de esas que se compran en los kioscos callejeros. Fotografía, diagramación e ilustraciones con todas las de la ley, se convierten en la mejor propaganda de la guerra y de la muerte. En sus avisos se anuncian bombas y ojivas nucleares como si fueran comestibles o juguetes.
"El Piraña muestra sus dientes ... y vence a sus enemigos en pocos segundos, sin dejarles ninguna posibilidad". Este es el texto de presentación de un tanque de guerra que fabrica la industria suiza MOWAG.
Al lado de tres fotos en las que se ve el aparato en acción, una gigantesca piraña despliega sus mortíferos dientes.
"Se mueve aprisa y pega duro", es el gancho publicitario para el cohete LAR 160 de fabricación israelí. Como pie de foto de uno de esos aparatos que surca el aire se lee: "¡AZOTE EL OBJETIVO DURO! Una batería de 6 vehículos de lanzamiento LAR 160 deja caer más de 10 toneladas de carga útil HE o decenas de miles de submuniciones sobre el área del objetivo en tan sólo 40 segundos.
Puede acomodar una cantidad de ojivas en combate, incluso minas dispersables, municiones con espoletas, sensores y muchos otros tipos. De usted depende...".
Un ejemplar de "Tecnología Militar" cuesta cerca de 400 pesos, pero únicamente se vende por suscripción: 9 numeros anuales por 28 dólares.
Sin embargo, ésta no es la única revista de tal naturaleza. A la Biblioteca Central de las Fuerzas Armadas de Colombia llega mensualmente un promedio de 60 títulos especializados en armamentismo y estrategias bélicas, lo mismo que en análisis y descripciones de los ejércitos del mundo, incluyendo los latinoamericanos. Según un oficial de la Escuela Superior de Guerra, el número de publicaciones especializadas en tecnología militar sobrepasa los 500 títulos en el mundo. Es como si se tratara de una Feria Internacional de la Destrucción, donde todas las industrias bélicas del mundo occidental hacen gala de sus mejores inventos con poder letal, tratando de demostrar que sus equipos son los mejores porque, como dice el dicho, no dejan títere con cabeza. Es un despliegue de creatividad a través de logotipos, dibujos, slogans y fotografías para aumentar lo que pudiera llamarse las ventas de la muerte. "Más de 200 mil misiles fabricados" es apenas uno de los récords que se anota con orgullo la empresa Euromissile, (una firma con sede en Francia, asociada a la alemana Messerschmitt), mientras que la firma israelí Tadiran, anuncia sobre un tanque de guerra: "Del caos al orden, con los sistemas táctivos C31.
Los sistemas C31 del Tadiran se enfrentaron con el desafío de la guerra láctica moderna y salieron... intactos".
Y como si fuera poco, la British Aerospace no oculta su orgullo de ser la productora de los misiles Sea Harrier, probados en la guerra de las Malvinas. Nada mejor para garantizar la calidad del producto que la "literatura" con la cual los ofrecen en el mercado: "Nuestros sistemas de defensa son para la realidad. Ningún otro fabricante de misiles puede apoyar sus afirmaciones sobre sus sistemas de proyectiles con la prueba definitiva de la experiencia de combate en condiciones difíciles". Y para probar lo que dicen, a continuación del texto aparece un mapa de las Malvinas y cuatro imágenes de los misiles Harrier en el momento de ser disparados. Por su parte, la Fabrique Nationale Herstal S.A., una empresa de armamentos belga, promociona una de sus "joyitas", la ametralladora 50 Browning QCB, en forma muy conviricente: "Cuánto vale cada segundo... Con cambio rápido de cañón, lo que soluciona el problema bien conocido por todos los usuarios de esta arma".
Todo este despliegue de información para vender armas m) es sorprendente si se tiene en cuenta que por cada minuto se gasta un millón y medio de dólares, para armar a 25 millones de personas que sirven en los ejércitos regulares del mundo; que 50 millones de personas trabajan en la industria armamentista; que 500 mil científicos viven dedicados a cranear nuevas armas y equipos para la guerra y que para este año en el negocio de armas se moverá un billón de dólares, 3.1% más que el año pasado. Una conclusión salta a la vista: la guerra es una industria establecida y las firmas que fabrican armamento no hacen otra cosa que utilizar los recursos tradicionales de propaganda y las estrategias de marketing de cualquier inofensiva fábrica de galletas o de sopas enlatadas. -