Home

Cultura

Artículo

La Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano cuenta con cerca de 200.000 piezas audiovisuales. Entre ellas están las colecciones de la familia Acevedo, del Cine Club de Colombia y de la Fundación Rómulo Lara. | Foto: Vanessa Pérez

HISTORIA

Patrimonio Fílmico: El guardián de la memoria

Este año se cumplen tres décadas de su creación. La entidad ha permitido conservar, restaurar y digitalizar gran parte del material cinematográfico y televisivo del país.

6 de agosto de 2016

Carlos Gardel era una especie de rockstar que paralizaba el tráfico y a casi todas las mujeres latinoamericanas a mediados de los años treinta. Así lo demuestra una filmación de 1935, donde el cantante argentino aparece despidiéndose del público bogotano en el desaparecido aeropuerto de Techo, antes de embarcarse en un avión con destino a Cali con escala en Medellín. Sería su último registro fílmico, pues al salir de esa ciudad, algunas horas más tarde, el músico murió cuando su avión se estrelló con otro mientras carreteaba en la pista del aeropuerto Olaya Herrera.

Estas imágenes, así como las de las conmemoraciones del centenario de la muerte de Simón Bolívar en Santa Marta y Venezuela en 1930, y el documental El número uno (1962) sobre la figura de Francisco ‘Cobo’ Zuluaga, futbolista de Millonarios durante la época de ‘El Dorado’, hacen parte de las cerca de 200.000 piezas audiovisuales que hoy se conservan en las cavas de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano (FPFC).

La FPFC nació en 1986 como una organización sin ánimo de lucro respaldada por la Compañía de Fomento Cinematográfico (Focine), el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, el Cine Club de Colombia, Cine Colombia y la Fundación Rómulo Lara. Además, empresas como Exxon le donaron la colección completa de los hermanos Acevedo, una familia de cineastas que documentaron varios hechos del acontecer nacional entre 1915 y 1955.

Desde entonces, el propósito principal de la FPFC es restaurar, conservar y digitalizar las imágenes en movimiento producidas a nivel nacional. De hecho, todos los cineastas que hacen sus películas con contribuciones del Estado colombiano deben realizar un depósito legal, es decir, enviar una copia de sus producciones a esta institución.

A lo largo de estas tres décadas, la gestión de la FPFC ha sido silenciosa pero también muy productiva pues, gracias a ella, los colombianos tienen la oportunidad de consultar clásicos del cine nacional como Bajo el cielo antioqueño (1925), Alma provinciana (1926) y Garras de oro (1926).

Sin embargo, esa labor titánica ha implicado grandes dificultades pues, “no se trata solo de conservar y preservar el material audiovisual del país, sino también de replicarlo en nuevos formatos digitales para que las nuevas generaciones tengan acceso a ellos”, dice Claudia Triana, exdirectora y una de las fundadoras del FPFC, y actual directora de Proimágenes. Triana además considera que justamente ese trabajo paciente y perseverante hace de Patrimonio Fílmico una entidad fundamental para la cultura audiovisual del país.

Por ejemplo, para conservar las películas, las bodegas de la fundación deben cumplir una serie de condiciones técnicas que van desde el control de la temperatura y la humedad, hasta la catalogación de todas las piezas. Así mismo, para restaurarlas es necesario un arduo trabajo de edición pues muchas películas están filmadas en nitrato de celulosa, o en formatos de 35, 16 y 8 milímetros.

En medio de estas tareas de recuperación, el equipo de Patrimonio Fílmico se ha encontrado auténticas joyas del cine nacional. Es el caso de Dos ángeles y medio, de 1958, que permaneció sin identificar hasta 2014 en los archivos de Radio Televisión de Colombia (RTVC). Después de varios meses de restauración, la película se emitirá en Señal Colombia el próximo sábado 6 de agosto a las diez de la noche, y la idea es que próximamente se proyecte en varios festivales de cine en todo el país.

Alexandra Falla, directora de FPFC, afirma que la mejor recompensa a este esfuerzo técnico es la posibilidad de mostrarles a los colombianos la memoria viva del país: “El cine no es solo entretenimiento –dice Falla– también es una fuente histórica que sirve para entendernos como nación y comprender las dinámicas sociales de las generaciones pasadas”. Además, ella considera que el momento político que atraviesa el país por cuenta de los diálogos de La Habana va a darle a Patrimonio Fílmico un papel más protagónico en el posconflicto.

Los cineastas también valoran el rol de la FPFC en el boom que vive hoy el cine colombiano a nivel internacional. Para Diego Rojas, profesor de la Universidad Central, la fundación ha servido para que los jóvenes realizadores sepan que la historia del cine nacional no empezó con La estrategia del caracol (1993) o El abrazo de la serpiente (2015) y descubran la gran tradición cinematográfica del país.

Varias voces del cine colombiano coinciden en afirmar que uno de los grandes retos de la entidad en los próximos años es acercar más a los ciudadanos a sus archivos audiovisuales. Según el director Luis Ospina, la clave está en adaptarse a los desarrollos tecnológicos para que las piezas audiovisuales perduren en el tiempo: “Ya sabemos que las cintas resisten casi 100 años, pero aún no se sabe cuánto tiempo va a durar lo digital y hay que encontrar alternativas para conservar las películas que se están produciendo en esos formatos”, concluye.

El equipo interdisciplinar de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano ya logró digitalizar el 10 por ciento del material audiovisual que se conserva en sus bodegas. Sin embargo, el objetivo de esta institución en los próximos años es crear una plataforma digital en la que los ciudadanos puedan consultar una gran cantidad de piezas cinematográficas, tal como sucede en Francia, España o Estados Unidos.

De lograrlo, no solo se consolidará en el país una verdadera cultura audiovisual, también se seguirá alimentando un patrimonio que, por 30 años, ha servido como el álbum familiar de todos los colombianos.

Tesoros restaurados

Algunos de los clásicos del cine colombiano que fueron reeditados y conservados por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.

‘Garras de oro’ (1926)

Director: P. P. Jambrina

Al parecer la versión completa de esta película duraba más de una hora. Sin embargo, tan solo se han podido rescatar 55 minutos correspondientes al comienzo, el final y tres rollos intermedios. La trama de la película se desarrolla en 1914 y gira alrededor de la inauguración del canal de Panamá.

‘Alma provinciana’ (1926)

Director: Félix Joaquín RodríguezFue restaurada en 1997. Muestra las labores diarias en varias provincias del país y varios críticos la consideran la mejor película del periodo silente del cine colombiano. La mayoría de sus escenas fueron filmadas en Boyacá y Bogotá.

‘Bajo el cielo antioqueño’ (1925)

Director: Arturo Acevedo Vallarino Esta producción, patrocinada por el empresario antioqueño Gonzalo Mejía, cuenta una historia típica de amor entre una joven de la alta sociedad de la región y su novio bohemio. Fue restaurada en 1997 junto a otros clásicos del cine colombiano como Aura o las violetas (1924).