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PIENSO, LUEGO ME ABURRRO

La verdad sobre todo', un controvertido libro escrito por Mattew Stewart, asegura que no existe <BR>nada más improductivo que la filosofía.

22 de febrero de 1999

La primera conclusión a la que llega el filósofo inglés Mattew Stewart, autor del libro 'La verdad
sobre todo', de reciente aparición en Colombia, es contundente: la filosofía es una total pérdida de tiempo.
Añade, a través de susataques contra los grandes pensadores de la historia, que todavía están sin resolverse
los enigmas que han inquietado al hombre desde siglos antes de Cristo. Para él, los mismos filósofos se han
dado cuenta de que jamás podrán dar una explicación a preguntas tan trascendentales como las relativas
al origen del universo o a la existencia o no de Dios, y que por ello a lo largo de la historia los problemas se
han desviado a otros campos, dejando sin respuesta la mayoría de los interrogantes que han surgido desde
los presocráticos. ¿De dónde venimos?, ¿para dónde vamos?, ¿existe el alma?, todo ello, según Stewart,
seguirá sin responderse y, por ende, la filosofía seguirá sin avanzar, su futuro estará tan vacío como su función
misma. Estas polémicas afirmaciones provienen, curiosamente, de un doctor en filosofía de la Universidad de
Oxford, quien luego de varios años de estar dedicado al pensamiento decidió renunciar a su profesión por
hallarla incompetente. En pocas palabras Stewart dedujo, a partir de su experiencia, compartida con los
lectores en su libro, que la filosofía no sirve para nada. De Tales de Mileto a Wittgenstein, de
Parménides a Sartre, el autor va impugnando a cada filósofo, mientras compone una historia del
pensamiento que no duda en calificar como "irreverente".Aunque no falta quien llegue a afirmar que con su
teoría de que la filosofía es aburridísima Stewart ha descubierto el agua tibia, los amantes del pensamiento no
pueden pensar sino que se trata de una broma. Colombia no ha sido la excepción. Para el filósofo Germán
Uribe las impugnaciones de Stewart son absurdas. "Equivalen a asegurar que como la medicina no tiene la
certeza de curar el cáncer, el sida o la epilepsia, la ciencia estaría caminando por senderos equivocados.
A nadie con dos dedos de frente se le ocurre pensar de tal manera". Rubén Sierra, uno de los catedráticos
más respetados del país, las considera gratuitas. Argumenta que para fortuna de la filosofía ningún filósofo
supera a otro y que por ello seguirán vigentes tanto los griegos como los más recientes pensadores. Mientras
tanto Rafael Gutiérrez Girardot, alumno de Heidegger y quien reside en Alemania, expresa que Stewart parece
desactualizado porque "es evidente que desde hace muchos años la filosofía no soluciona, sino plantea
problemas".Estudiar para pensarPero el debate no sólo se detiene en esta discusión. También se extiende a
la verdadera función de las actuales facultades de filosofía en las que, según él, no hay una coherencia en las
materias ni una orientación a la formación del pensamiento."De ser así, tampoco servirían las facultades de
literatura, las de artes, ni las escuelas de teatro", afirma Sierra, mientras que para el director del
departamento de filosofía de la Universidad de los Andes de Bogotá, Felipe Castañeda, la idea es
descabellada: "Es obvio que las facultades brindan ciertos elementos, pero depende de la madera que tiene
cada alumno para formar su propio pensamiento". Los filósofos aseguran que las sugerencias de Stewart
hacia un replanteamiento de la filosofía en las universidades no son reveladoras. La idea de practicarla sólo en
la medida en que se relacione con otras ramas como la política y la economía, no es nada nueva y, de por
sí, esa es la tendencia en la actualidad.En todo caso el libro ha asegurado su venta en cada país donde se
publica. Despojado de la rigurosidad de su profesión, el autor llega al punto de seleccionar su propio
top 10 de los libros y autores más aburridos de la historia. Heiddeger encabeza la lista, seguido por
Platón y Husserl. Tal vez por ello el reconocido filósofo Danilo Cruz Vélez cree más pertinente no opinar al
respecto por considerar las mordaces insinuaciones del libro como un pretexto para aumentar la
comercialización del mismo, tal como sucedió con El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder. Para otros La
verdad sobre todo es una provocación proveniente de alguien que creyó que su vocación era la filosofía y se
equivocó. La pretensión de Stewart es la desmitificación de los dioses, asegurarse de que luego de leer el
libro los estudiantes no vean con los mismos ojos a los grandes maestros del pensamiento. Pero lo que ya
logró es abrir una ardua polémica sobre el fin de la filosofía en un mundo que no sabe para qué emplearla .