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“13 Sueños (o solo uno atravesado por un pájaro)” escrita y dirigida por Laura Villegas | Foto: Jorge Pizarro

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¿Hay primavera teatral en Colombia?

El trabajo que una nueva generación de directores de teatro viene realizando en los últimos años, hace pensar que se vive una primavera teatral.

12 de abril de 2014

Que existan “directores jóvenes con un lenguaje particular y distinto a las expresiones teatrales convencionales” –tal y como afirma Ana Marta de Pizarro, directora del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá- realmente ¿es suficiente argumento para hablar de una primavera teatral en el país?

Para algunos es un cambio generacional más que un movimiento organizado y consciente. Nicolás Cancino, actor de teatro y cine, y profesor del Teatro Libre y La Casa del Teatro Nacional, afirma que “es un proceso, que lleva dos años, en el que los directores, que han estado trabajando por décadas, empiezan a confiar en las propuestas de los jóvenes y ceden su espacio”.

Y aunque hablar de “primavera” en el teatro bogotano es apresurado, sí son comunes algunas características determinantes en el trabajo de los creadores actuales: el uso de espacios no convencionales, una mayor presencia de dramaturgos y la incorporación de elementos multimedia en la narrativa de sus obras. “Son nuevas expresiones en espacios no convencionales que, normalmente, tienen puestas en escena fuera de lo común que logran mayor conexión con públicos de jóvenes y que hablan su mismo idioma”, afirma Pizarro.

La utilización de bodegas abandonadas, sótanos de edificios, apartamentos, patios traseros de casas y otros espacios diferentes a las salas de teatro, para algunos conocedores, como Laura Villegas, dramaturga y directora, es una exploración del lenguaje teatral que responde a necesidades dramáticas y no a una moda. Por lo tanto, no es novedad. Coincide con esta afirmación el dramaturgo Víctor Quesada, actual miembro del comité artístico del Festival Iberoamericano: “el uso de estos espacios, frecuente en la historia del teatro, se ha debido a necesidades culturales, sociales y económicas. La pretensión de genialidad en su uso es inocente y desbordada”.

Por otro lado, en este panorama del teatro también ha incidido la creación de programas académicos de alto nivel en Colombia, como la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional. Nuevas alternativas para quienes veían como única opción formarse profesionalmente fuera del país.

¿Cómo se relaciona este teatro con el público?

Según el estudio El Público en la Escena Teatral Bogotana, del Observatorio de Culturas de la Alcaldía Mayor de Bogotá, la asistencia a teatro fuera de los festivales no es muy alta entre los habitantes de Bogotá, ya que en una muestra de 2.066 personas, el 23% asiste con regularidad a teatro una vez terminan los festivales y solamente el 6% son asistentes frecuentes.

Por lo tanto, el reto principal de esta nueva generación de directores se relaciona directamente a la conexión con el público. Para Ana Marta de Pizarro “deben aproximarse a un teatro más comercial, dar el salto a la caja negra (salas convencionales). Allí podrán encontrarse con un público más amplio, llegarle a más gente, y probarse”.