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El asesor Stephen Meyers (Ryan Gosling) piensa su paso a seguir durante la agitada campaña para la presidencia de Estados Unidos.

CINE

Poder y traición

George Clooney se dirige a sí mismo en esta exploración de la tras escena miserable de las campañas políticas de siempre.

Ricardo Silva Romero
2 de junio de 2012

Título original: The Ides of March
Año de estreno: 2011 
Dirección: George Clooney
Guion: George Clooney, Grant Heslov y Beau Willimon, basado en la obra 'Farragut North' de Beau Willimon
Actores: Ryan Gosling, George Clooney, Philip Seymour Hoffman

Y al final, cuando el protagonista ve lo que tiene que ver, sufre lo que tiene que sufrir y lleva a cabo lo que tiene que hacer, la moraleja de Poder y traición es que los políticos en efecto son aquellos hombres inescrupulosos que consiguen morir pensando en todo lo bueno que hicieron 'por este país', pero que ya va siendo hora de que deje de sorprendernos esa mitomanía con cara de cinismo que les permite dormir en paz cada noche: que, mejor dicho, ya va siendo hora de que pensemos 'los gobernantes son así', 'el ser humano es así', 'el mundo es así', y sigamos adelante con las demás películas de la vida.

Poder y traición, que parte de una reconocida obra teatral de Beau Willimon, cuenta las pequeñas glorias y las gigantescas miserias de otra campaña a la presidencia de los Estados Unidos. El candidato de turno es el encantador gobernador de Pensilvania: Mike Morris (George Clooney). La muchacha inexperta que pone en riesgo sus serias posibilidades de ganar es la hija de un importante líder del Partido Demócrata: Molly Stearns (Evan Rachel Wood). Y el hombre que lo ve todo en la tras escena, y que aprende, por el camino tortuoso de esas elecciones, que la política tiene las mismas reglas borrosas de la guerra, es la mano derecha que cualquiera querría tener a su lado: un sabelotodo de aquellos llamado Stephen Meyers (Ryan Gosling).

Poder y traición es un 'quién es quién' en el cine norteamericano de hoy. Por su drama, ni más ni menos que el esfuerzo de la campaña de Morris por evitar un escándalo que podría arruinarlo todo, pasan personajes en el borde del cinismo interpretados por Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Marisa Tomei y Jeffrey Wright. En sus secuencias claustrofóbicas, una serie de conversaciones plagadas de dobles sentidos, se nota la mano firme del cineasta George Clooney: sus dos primeros largometrajes, Confesiones de una mente peligrosa (2002) y Buenas noches y buena suerte (2005), también exploraban esas redes de mentiras en las que tienden a caer las personas por cuenta de los gobiernos.

La decorosa Poder y traición, que resulta pobre si se comete el error de compararla con la serie The West Wing, y se ve superficial si se tiene la mala suerte de verla después de la película Colores primarios, en realidad se llama Los idus de marzo. Y ese es su nombre porque fue durante aquellos días del año 44, antes de Cristo, cuando el dictador romano Julio César fue asesinado brutalmente tal como se lo había vaticinado su vidente de cabecera. "Cuídate de los idus de marzo", le habría dicho el adivino. Y la frase ha llegado a este largometraje como una manera de decirnos que la ambición y la violencia de los tiempos de César -que Shakespeare recreó en su obra 16 siglos después- son la misma ambición y la misma violencia que tarde o temprano matan a los políticos de hoy.