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POESIA PARA TODOS

La Casa Silva busca sacar a la poesía del ghetto de los poetas

30 de noviembre de 1987

Se ha dicho que Colombia es un país de poetas. Sin embargo, entre la gente se ha afianzado la idea de que la poesía es cursi, como de tercera edad, y que no tiene cabida en lo cotidiano. Pero, con la creación de la Casa de Poesía Silva, esta idea ha empezado a cambiar.
Muchos años antes de su fundación, la Casa de Poesía Silva ya era famosa entre los habitantes del barrio La Candelaria de Bogotá porque en ella vivió y se suicidó el poeta José Asunción Silva. Pero más allá de la anécdota, esta casa estaba condenada a desaparecer, no solamente por el implacable paso del tiempo--fue construída hacia 1715--sino por su larga trayectoria como inquilinato, situación que aceleraba su deterioro. A raíz de la publicación de una nota que pedía su recuperación, la Corporación Barrio La Candelaria la compró. Entonces se iniciaron las labores de restauración: siguiendo el estilo republicano que a principios de este siglo se le imprimió a la construcción, fueron revividos los colores y adornos de la época y, con la donación del mobiliario antiguo por parte del Banco de la República, quedó consolidado el ambiente poético y de tertulia que por tantos años caracterizó a Bogotá. Pero la casona colonial también sufrió cambios. Sus 420 metros fueron redistribuídos en un auditorio, una biblioteca especializada en poesía nacional y mundial --conformada por libros provenientes de la biblioteca de poesía del maestro Carranza y por los donados por distintas embajadas--y una fonoteca--dotada por la HJCK--,todo lo anterior con el fin de facilitar y promover la actividad poética. Así pues, nueve meses después de iniciada la restauración, y de una inversión de doce millones de pesos, el 24 de mayo de 1986 fue inaugurada la Casa de Poesía Silva, y con ella comenzó a despertarse el interés por el quehacer poético.
"La Casa despertó mucho interés porque en realidad es muy original. Que yo sepa--afirma su directora María Mercedes Carranza--, no hay sino dos casas de poesía en el mundo: una en París, y esta" El atractivo de la Casa se refleja no sólamente en que cada martes un grupo de doscienta personas se reunen en ella para oir y participar en las diferentes audiciones, o en que sus talleres literario siempre han mantenido lleno el cupo sino también a que colegios, universidades, centros de acción comunal bibliotecas y centros culturales han pedido la colaboración de la Casa Silva para sus labores educativas y de difusión de la poesía colombiana. Para continuar con sus propósitos de divulgación de la poesía, la Casa Silva adelanta actualmente tres concursos El primero, es uno de biografías --certamen destinado a rescatar la vida y obra de poetas colombiano fallecidos--, con miras a realizarse cada dos años, y cuyo premio ha sido fijado en tres millones de pesos. Los otros dos concursos nacieron a raíz de la convocatoria "La poesía tiene la palabra", invitación ideada por ur grupo de amigos de la Casa. El primero de estos es el de la elección del mejor verso--o estrofa de cuatro versos--de la poesía colombiana. En este concurso puede participar todo el mundo, siempre y cuando el verso que envíe sea de un poeta colombiano que ya esté muerto. El otro concurso es uno de epigramas--una composición de cuatro versos donde se dice una gracia o una sentencia--, en el cual también puede participar todo el que quiera. La premiación de estos dos concursos se llevará a cabo en Bogotá el próximo 18 de noviembre, en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada.
Pero estos concursos no son lo único que propone la Casa de Poesía Silva para promover y actualizar la poesía. Su plan más inmediato es el de convertirse en fundación, ya que hasta el momento ha dependido administrativamente del Distrito. El plan más ambicioso es el de adquirir la construcción contigua y adecuarla debidamente --respetando todos los avances científicos en la conservación y manejo de documentos-para hacer el Fondo Nacional de Poesía, con el fin de conservar el patrimonio poético nacional. Por ahora lo que ha rescatado la Casa es el gusto que la gente tiene por la poesía. "Tal vez por la situación que pasa Colombia es que la gente ha perdido esa dimensión que la poesía le da a la vida. Para mi sorpresa, he visto que mucha gente está volviendo a la poesía pues, en esta situación, es un asidero", comenta María Mercedes Carranza. Aunque todavía existen muchos prejuicios hacia la poesía, a través de la Casa de Poesía Silva se le está salvando de ser una sola sombra larga.