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Por siempre clásicas

En ocasiones parecen aburridoras, densas y muy rara vez son las favoritas del público. Sin embargo ellas influenciaron a directores muy taquilleros y prestigiosos de hoy.

20 de octubre de 2002

Ciudadano Kane tiene que ser la mejor película de la historia: parece imposible que tantos directores, tantos críticos y tantos cinéfilos estén equivocados al mismo tiempo. La edición de agosto de la revista inglesa Sight and

Sound, que el novelista Paul Auster asegura leer "desde la portada hasta contraportada", ha llegado, por medio de la exhaustiva encuesta que lleva a cabo cada 10 años, a la misma conclusión: la parodia dirigida por Orson Welles y estrenada en 1941 sigue siendo la historia que los aficionados deben ver antes de volverse aficionados, la producción que los realizadores tienen que estudiar antes de hacerse realizadores, el filme que los críticos serios suelen citar a la hora de hablar mal, con adjetivos y estrellas, sobre los estrenos de temporada.

Se han hecho cientos de encuestas y de listas de "las 10 mejores" -las de John Kobal, Barry Norman y el American Film Institute serían las más conocidas- pero la que publica Sight and Sound es, quizá, la más seria de todas. Esta vez no sólo participaron los comentaristas de cine de los principales diarios del planeta sino directores tan importantes como Theo Angelopoulos, Bernardo Bertolucci, John Boorman, Cameron Crowe, Milos Forman, Aki Kaurismaki, Philip Haas, Jim Jarmusch, Norman Jewison, Ken Loach, Sidney Lumet, Michael Mann, Sam Mendes, Paul Mazursky, Sydney Pollack, Paul Schrader y Quentin Tarantino. Se pretendía, en términos de la publicación, "determinar qué filmes soportaban el paso del tiempo frente a las cambiantes opiniones de los observadores".

Y el resultado fue, películas más películas menos, el mismo de los últimos años. Los críticos eligieron a Ciudadano Kane, Vértigo, Las reglas del juego, El padrino, Cuentos de Tokio, 2001: odisea en el espacio, Acorazado Potemkin, Amanecer, 81/2 y Cantando bajo la lluvia como sus 10 largometrajes más importantes de la historia del cine. Y los directores, desde su silla, le agregaron a la lista Lawrence de Arabia, Dr. Strangelove, Ladrón de bicicletas, Toro Salvaje y Rashomon. Casablanca, Lo que el viento se llevó, Nacimiento de una nación, Tiempos modernos y Siete samurais, que según la década entran y salen de la lista, estuvieron a unos puntos de clasificar. Y al final, claro, quedaron las mismas preguntas de siempre.

¿Qué ven los expertos que no ve el desprevenido aficionado al cine?, ¿por qué se dice que esas 10 películas son más importantes que las otras?, ¿es, acaso, que sin ellas no existiría el cine que vemos hoy en día? SEMANA investigó las respuestas a estas preguntas.

1. Ciudadano Kane (1941), de Orson Welles: la historia de aquel magnate de los diarios amarillistas, Charles Foster Kane, inspirada en la vida de William Randolph Hearst, fue escrita por el genial Herman J. Mankiewitz bajo la dirección de un Orson Welles de 26 años y es una malintencionada parodia del hombre americano: el relato de una búsqueda continua de la infancia perdida. Por qué es importante: es El Quijote del cine. Si, como dice Milan Kundera, el novelista no debe rendirle cuentas a nadie salvo a Cervantes, el director de cine sólo debe pedirle permiso a Orson Welles para hacer sus películas. Parodia las técnicas narrativas del cine de aquel tiempo -juega, por ejemplo, con los ángulos y los espacios del expresionismo alemán- y se roba los trucos del teatro, la radio, la música, el documental y la prensa sensacionalista. Línea inolvidable: "No crea todo lo que oiga por la radio". Deudores: todos los directores de los 70: Zelig, de Woody Allen, podría interpretarse como un homenaje. Lectura clave: Ciudadano Kane, de Pauline Kael.

2. Vértigo (1958), de Alfred Hitchcock: una película policíaca que es, en realidad, la mejor y la más oscura pesadilla que se haya filmado hasta el momento: la de Scottie Ferguson, un hombre obsesivo y temeroso que se enamora de Madeleine Elster, una mujer que se ha suicidado frente a él. Por qué es importante: resume los puntos de vista, las obsesiones, los trucos de su director, el más grande realizador de todos los tiempos, en una historia narrada por medio de una serie de brillantes recursos cinematográficos: luces que señalan estados de ánimo, movimientos de cámara que simulan el pánico ante las alturas, reflejos que aparecen en los momentos precisos. Línea inolvidable: "Sólo un solitario es un errante: dos personas, juntas, siempre van a alguna parte". Deudores: todos los thrillers de estos años: Bajos instintos, para no ir tan lejos, recrea sus angustiantes persecuciones. Lectura clave: El cine según Hitchcock, de François Truffaut, y Vértigo, de Eugenio Trías.

3. Las reglas del juego (1939), de Jean Renoir: según su director se trata de un "drama alegre": las vacaciones de un grupo de maridos y esposas aristócratas que, aburridos de sus vidas, deciden jugar a la infidelidad. Los sirvientes, mientras tanto, se dejan llevar en el piso de abajo por sus pasiones. Por qué es importante: "Durante el rodaje estaba dividido entre mi deseo de hacer una comedia y el de contar una historia trágica. El resultado de esta ambivalencia fue la película tal y como es". Fue un fracaso comercial. Fue destruida por los nazis. Fue restaurada y redescubierta, con su profundidad de campo y su dramaturgia impecable, en los años 60. Línea inolvidable: "Hay una cosa terrible en este mundo: cualquier hombre tiene sus motivos". Deudores: Alain Resnais lo dijo: "Es la más abrumadora experiencia individual que he tenido en el cine: todas mis ideas cambiaron". El cine de Robert Altman se lo debe todo.

4. El padrino (1972, 1974, 1990), de Francis Ford Coppola: un poderoso jefe de la mafia, Vito Corleone, sufre un atentado en una pequeña calle de Nueva York: su hijo menor, Michael, que ha ido a la guerra en nombre de Estados Unidos y se encuentra a punto de entrar a la universidad, emprende una venganza que se prolongará durante varias décadas. Por qué es importante: es una trilogía que parte de la novela de Mario Puzo y comprende, mejor que ningún otro relato, las leyes secretas del siglo pasado: expone las contradicciones del sueño americano, retrata el individualismo que aprenden los inmigrantes en Estados Unidos y pone en evidencia que el capitalismo engendra mafias de todos los niveles. Lo hace, claro, mediante una serie de elementos memorables: actuaciones, dirección, guión, música y fotografía. Línea inolvidable: "Si algo en esta vida es cierto, si la Historia nos ha enseñado algo, es que uno puede asesinar a quien quiera". Deudores: los últimos 30 años de cine norteamericano.

5. Cuentos de Tokio (1953), de Yasujiro Ozu: una pareja de ancianos viaja a Tokio para visitar a su hija mayor y a su primer nieto. La madre muere a la segunda noche, después de soportar el egocentrismo y la arrogancia de su primogénita. El padre, entonces, debe enfrentarse, por primera vez en la vida, a la soledad del futuro. Por qué es importante: es el realismo cinematográfico, con sus planos largos y esa simplicidad, que es el resultado de una forma de ver el mundo, en su máxima expresión. Como casi todas las películas de Ozu, fue rodada al nivel del ojo de alguien que se encuentra sentado. Imagen inolvidable: la única escena en la que la cámara se mueve, desde un muro de ladrillo hasta la imagen de la pareja de ancianos, es determinante para la historia. Deudores: Kenji Mizoguchi lo dijo: "Yo muestro lo que no es posible como si lo fuera, pero Ozu muestra lo que es posible como si lo fuera, y eso es mucho más difícil". Lectura clave: Lo trascendental en el cine, de Paul Schrader.

6. 2001 odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick: como resultado del encuentro de un monolito de cuatro millones de años de antigüedad en la luna, una misión de astronautas busca rastros de vida en Júpiter. La voz de HAL 9.000, la computadora de la nave, los tortura por el camino. Por qué es importante: Arthur C. Clarke, coguionista de la película y autor de la novela en que se inspira, lo dijo: "Si 2001 se entiende completamente, hemos fracasado: quisimos elevar muchas más preguntas de las que podríamos responder". Woody Allen lo aceptó: "Sólo hasta la tercera vez que la vi comencé a apreciar todos sus logros". Kubrick consiguió, con esta producción, que el cine creara interrogantes, que incomodara, que hiciera la vida aún más complicada. La música, la minuciosa construcción de los decorados, los lentes de la cámara le ayudaron a lograrlo. Línea inolvidable: "Esto sólo puede atribuírsele a un error humano". Deudores: el cine de ciencia ficción de los últimos 30 años: las películas de Steven Spielberg y George Lucas. Lectura clave: el documental Stanley Kubrick: una vida en películas.

7. Acorazado Potemkin (1925), de Sergei M. Eisenstein: cuenta la historia de una revuelta que comienza a bordo del acorazado Potemkin, en donde los marineros son maltratados por sus superiores, y termina en las escaleras del puerto de Odessa, en donde el pueblo se une a la batalla por la supervivencia. Por qué es importante: cruza las reglas de la ficción con las del documental y, sobre todo, pone en práctica las complejas ideas que tenía Eisenstein sobre el montaje cinematográfico: el movimiento caótico dentro del movimiento rítmico, el movimiento hacia abajo dentro del movimiento hacia arriba. Imágenes inolvidables: la bandera roja en una película en blanco y negro y la escena del coche de bebé que baja, desprotegido, por las escaleras de Odessa. Deudores: Charles Chaplin siempre reconoció que era su película favorita. Brian de Palma repitió la escena del coche, plano a plano, en Los intocables. Lectura clave: La forma del cine, de Eisenstein.

8. Amanecer (1927), de F.W. Murnau: una mujer de la ciudad viaja al campo a pasar vacaciones. Y un hombre ingenuo, que le dedica todo su tiempo a su granja y a su esposa, se enamora de ella: tanto, que quizás ahogue a su mujer para demostrarlo. Por qué es importante: fue la entrada de las técnicas del expresionismo alemán al cine de Hollywood: los decorados fueron construidos con la perspectiva de una pintura, se usaron actores enanos en segundos planos para resaltar los objetos encuadrados, se filmaron escenas en círculo, se movió la cámara como nunca, se utilizaron más luces que en cualquier otra película, se asumió el punto de vista de los actores para conseguir la identificación del público. Imágenes inolvidables: las escenas de la ciudad, las de la tormenta. Deudores: John Ford la admiraba: usó su escenografía para la filmación de Cuatro hijos.

9. 8 1/2 (1963), de Federico Fellini: "El resultado, dijo Fellini, fue la historia de un director que debe comenzar una película, pero no puede recordar el argumento y continúa fluctuando entre dos planos: la realidad y la fantasía". Y eso es: la historia de cómo se hace la película que se está viendo, la nueva producción de un director italiano que ya había filmado siete largometrajes y medio. Por qué es importante: reflexiona sobre la vida del cine, se ríe de sí misma, juega con la lógica de los sueños. Fue filmada en blanco y negro porque, según Fellini, "los sueños no son en colores". Línea inolvidable: "Acéptame como soy: después podemos descubrir quiénes somos en realidad". Deudores: Terry Gilliam se volvió director gracias a ella, Woody Allen le hizo un gran homenaje en Recuerdos; David Lynch aprendió a filmar 'cintas de moebius' viéndola, Pedro Almodóvar no sería el mismo si no la hubiera estudiado. Lectura clave: Fellini por Fellini.

10. Cantando bajo la lluvia (1952), de Stanley Donen y Gene Kelly: un famoso actor del cine mudo, Don Lockwood, se enfrenta a la llegada del cine sonoro y a una mujer cuya belleza y talento parecen desafiarlo todo el tiempo. Por qué es importante: es, tal vez, el mejor musical de la historia del cine. Porque es, en verdad, una sátira. Se ríe de las películas de Hollywood y de sus estrellas desmesuradas y contiene una de las mejores escenas que se haya filmado desde la invención del cinematógrafo: el baile bajo la lluvia. Gracias a una estupenda banda sonora y las coreografías diseñadas por los dos directores del filme -Gene Kelly es, además, el protagonista- "algunas de sus escenas, dice John Kobal, resultan adictivas". Línea inolvidable: "Trata de entender esto bien: no hay nada entre nosotros, nunca ha habido nada entre nosotros, sólo aire". Deudores: todas las películas que se ríen del mundo del cine, todos los musicales de la historia posteriores a 1952.