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PREHISTORIA EN 35 MM

"La guerra del Fuego" recrea la lucha por la lucha por la supervivencia. Una confrontación entre el hombre de neanderthal y el homo sapiens.

27 de septiembre de 1982

Francés, con 38 años, Jean-Jacques Annud sólo ha dirigido tres películas, sin embargo, ya desde la primera, "Black and White in Color", demostró que conoce el oficio. Con ella ganó en 1976 el Oscar para la mejor película extranjera. Su segunda película "Coup de Téte" fue una sátira contra el fútbol y "La Guerra del Fuego", su tercera y última película, es quizá su mejor realización.
En ella trabajó durante cuatro años, en los cuales su mayor preocupación fue cómo poder recrear con autenticidad la época del cuaternario. Los museos de historia natural de New York, Londres y París se conviertien en su segunda casa. Allí pudo observar películas sobre los aborígenes descubiertos en Filipinas durante la década del setenta y cuyas costumbres, según los antropólogos, correspondían a los de la Edad de Piedra. Otras comunidades estudiadas para la filmación fueron las de los aborígenes australianos, los "hombres de barro" de Nueva Guínea, y los Noubas de Africa. Dos personalidades tuvieron a su cargo la asesoría científica. Kenneth Oakley, antropólogo de la universidad de Oxford, y Desmond Morris, autor de "El Mono Desnudo".
La historia que se cuenta en la película, basada en la novela "La Guerre du Feu" de J. H. Rosny, es bastante sencilla. Narra la confrontación entre Neanderthales y homo sapiens quienes existieron en el período del pleistoceno de la era cuaternaria.
En el comienzo fue el fuego. Hombres de Neanderthal, los Wagabou atacan salvajemente la tribu de los Ulam y les roban el fuego. Vencidos, los Ulam se dan cuenta de que no podrán sobrevivir largo tiempo. Encargan a tres de sus más valerosos guerreros, bajo la guía de Naoh, de una misión arriesgada pero vital para ellos: la conquista del fuego.
El viaje de los tres hombres fuera de su territorio tribal será una prueba de fuerza. La tierra es inhóspita, poblada de tribus hostiles, de animales feroces y gigantescos. Los elementos naturales constituyen un peligro constante y el fuego no domesticado que los cerca en la sabana será uno de sus peores enemigos. Un día enfrentando a un grupo de caníbales, los Kzamm, logran salvar a una joven prisionera, Ika. Juntos, Naoh e Ika, experimentarán emociones nuevas para los homo sapiens primitivos: la duda, la risa y el afecto. En los albores de la humanidad unos hombres en busca del fuego descubren también el amor.
Debido a las características del filme, el manejo y la preparación de los actores tuvo sus inconvenientes. La comunicación entre los intérpretes tenía que prescindir de cualquier lengua conocida. Un linguista y novelista, Anthony Burgess, ideó un vocabulario simple de unas 100 palabras, que tuvieron que ser memorizadas y practicadas hasta el cansancio. Otro de los inconvenientes fue la recreación de los animales prehistóricos. Para las escenas de los mamuts, se utilizaron elefantes a los que previamente habían "maquillado" colocándoles una segunda piel de largos pelos. Este hecho produjo más de una estampida durante la filmación cuando los elefantes utilizados se miraron unos a otros y no se reconocieron. Lo mismo ocurrio con los felinos, a los que se les habían adaptado largos colmillos.
Esta aventura prehistórica que recuerda los diez primeros minutos de "2.001", la película de Kubrick es un trabajo en el que se despliega ampliamente la imaginación, así se base en conocimientos científicos. Su cercanía con el género de ciencia-ficción es estrecha, aunque éste se ha caracterizado por la suposición de un desarrollo científico y técnico más avanzado que el de nuestro tiempo. Sin embargo, si de lo fantástico se trata, no debemos olvidar, según dice Annaud, que "la prehistoria nos es tan desconocida como las galaxias"
Rafael Parra Grondona -