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PRELUDIO EN TONOS MENORES

Pocas veces un concierto en Colombia ha estado sometido a tal cantidad de trabas y exigencias.

17 de julio de 1995

SOBRE EL PAPEL las cosas se ven color de rosa: la Royal Philharmonic Orchestra, una de las más prestigiosas orquestas sinfónicas de la Gran Bretaña, se presenta en Bogotá bajo la dirección de sir Yehudi Menuhin. En realidad la agrupación viene a la capital luego de un auténtico vía crucis en el cual tomaron parte las embajadas de los dos países, la Presidencia de la República, Naciones Unidas, la Sinfónica de Colombia y el Consejo Británico, auténtico artífice del evento.

ITINERARIO DEL 'LOBBYING'
Cuando en Londres se organizó la gira, el nombre de Colombia ni siquiera se consideró. Sin embargo, la seccional colombiana del Consejo Británico solicitó la inclusión. La orquesta simplemente le dió un no rotundo.
El Consejo no dio su brazo a torcer e insistió con auténtica obsesión. Para noviembre del año pasado México se canceló de la gira. El panorama empezó a despejarse: por un lado Londres condicionó su patrocinio a la inclusión de Colombia en el itinerario. La orquesta, a regañadientes, aceptó pero exigió una carta de apoyo del gobierno colombiano. La Presidencia, a través del despacho de la primera dama, Jacquin de Samper, manifestó su apoyo incondicional. En Londres, la embajadora Noemí Sanín ultimó detalles y formalismos en tiempo récord. Surgió un nuevo obstáculo: los patrocinios necesarios para cubrir los altísimos costos pues Naciones Unidas, organizadora de la gira que conmemora los 50 años de su fundación, envió una lista de los perfiles ernpresariales no aceptables por sus nexos con productos o temas que, según ellos atentan contra el equilibrio ecológico o generan daño a la comunidad: petroleras, empresas relacionadas con el papel, ciertas aseguradoras, ciertos bancos, destileras, tabaco, a la final un callejón sin salida. Tras largas conversaciones finalmente aceptaron la British Petroleum y el Banco de Colombia.

VIA CRUCIS ARTISTICO
Salvado el problema organizativo vino el artístico: ¿dónde? El Consejo sugirió el Teatro Colón. Sin embargo, su reducida capacidad obligó a descartarlo.
Se reunió el grupo de asesores culturales de la Presidencia de la República, del cual no forma parte ningún conocedor en la materia, evaluaron posibles lugares, incluido El Campín. Surgió la alternativa del Palacio de los Deportes. El asunto se trasladó a Dimitar Manolov, director titular de la Sinfónica de Colombia. Este llevó la orquesta al lugar y finalmente dijo que, con algunas adecuaciones podría funcionar. Esto, naturalmente, para evitar el uso de amplificación de sonido.
El resto de la historia es de dominio público: sir Yehudi Menuhin, de 79 años, una de las leyendas musicales de los tiempos recientes, viene en realidad como reemplazo de Vladimir Ashkenazy, quien luego de desacuerdos con el sindicato de la orquesta, canceló su participación. El programa incluye la obertura Time & the Raven, comisionada a sir Peter Maxell-Davis, especialmente para esta gira. Siguen las Enigma Variations, de sir Edward Elgar, y cierran con la Sinfonía No. 1 de Johannes Brahms. La gran expectativa está centrada en el resultado acústico del Palacio de los Deportes y en la promesa de campaña del presidente Samper: un teatroauditorio para Bogotá, acorde con las necesidades de una ciudad de las proporciones de la capital colombiana.

Novedades
FAVOURITE ROSSINI
RICCIARELLI, HORNE, BALTSA,
RAMEY, CAEALLE & OTROS
SONY CLASSICAL
POCAS EMPRESAS podrían reunir una nómina de colaboradores de tanta categoría como esta selección de rossinianos de todas las cuerdas que ofrece la Sony. Orquestas y directores no se quedan atrás: La Scala, La Fenice, Sinfónica de Viena, National Philharmonic, Riccardo Chailly, Ion Marin, Ralf Weikert. La punta de lanza es la gran Marilyn Horne, en una gloriosa Voce poco fa del Barbero. Brillan con luz propia el Crudasorte, de Italiana en Angel, de la Baltsa, Ricciarelli sorprende en Di piacer mi balza il cor, de La gazza ladra, y un exquisito Nacqui all'affano, de Cenerentolla, a cargo de la Valentini-Terrani.

DES KNABEN WUNDERHORN
TOMAS HAMPSON, GEOFREY PARSONS
TELDEC
FUE LEONARD Bernstein quien desde el primer momento vio en Thomas Hampson no solo un magnífico cantante de ópera sino un liederista de condiciones excepcionales. Esta grabación es fundamentalmente original: una selección de lieder de la colección de Arnin y Clemens von Brentano El cuerpo mágico del mancebo, poemas del folclor alemán recopilados a principios del siglo XIX, convertidos en piezas de concierto por compositores tan disímiles como Mendelssohn, von Weber Brahms, Mahler, Richard Strauss, Schumann, Schoemberg, Loewe y Zemlinsky. A la hora de la verdad es una antología del lied a través de más de 100 años, desde el romanticismo hasta la estética dodecafónica. También una lección del buen hacer de Hampson que va a cada estilo con la profundidad de un Prey o un Theo Adam.

VERDI, ROSSINI:
REQUIEM & STASAT MATER
AMARA, ARROYO, TUCKER,
LONDON, ORMANDY & SCHIPPERS
ESSENTIAL CLASSICS
EN TIEMPO de reediciones, dos clásicos de la década del 60. Primero el Réquiem verdiano de Ormandy con su orquesta de Filadelfia y un cuarteto vocal de antología, todos en plenitud de facultades: Lucine Amara (su Libera me es sobrecogedor), Maureen Forrester, Richard Tucker (con los años su voz se parece al buen vino) y el inolvidable George London. El complemento tiene la batuta de Thomas Schippers con la Filarmónica de Nueva York en el Stabat Mater. Aquí la sorpresa es la soprano Martina Arroyo, consagrada verdiana, opulenta en Rossini, se entiende bien porqué era favorita de Karl Bohm en Mozart. No deja de ser atractivo el joven Justino Díaz, llevado a la gran popularidad por la cinematografía de Zeffirelli y el olvidado Tito del Bianco, tenorísimo en sus sobreagudos del Cujus animam.