PURO TEATRO

Buena parte de la actividad de Giorgio Antei ha estado orientada hacia la reflexión teórica en torno al hecho teatral. Ya desde el Centro de Investigaciones Teatrales coeditó la revista "Quehacer Teatral", que sobrevivió más allá de lo que el medio exigía. Luego como dírector de la Escuela Nacional de Arte Dramático, pudo calibrar desde allí la problemática del teatro colombiano. En esta época surgio la idea de editar un libro, cuya necesidad era evidente para todos los interesados en el teatro. Ante todo un libro práctico.
Una herramienta de trabajo. Una suerte de diccionario, compuesto por aquellos términos básicos para constituir una cultura teatral, en términos generales. Hoy sale a la luz "Las rutas del teatro", publícado por el Centro Edítorial de la Universidad Nacional, con una diagramación, tan cuidada como atractiva, de Pilar Botero.

El trabajo de Antei es el del investigador y el del editor. El libro -como él lo ha afirmado y el título lo sugiere es como un mapa en el cual el investigador ha trazado las líneas de ruta para su travesía. Compuesto en su parte central por dos diccionarios (uno de términos universales, el otro de los pertinentes a Colombia) y por una serie de textos, el volumen está encaminado a ofrecer desde distintos puntos de vista una visión mutiple del teatro. Es claro que su labor no se limita a recoger algunos escritos para ponerlos como desapasionada referencia para su hipotética consulta.
Aquí, Antei ha seleccionado sus materiales en orden a acumular argumentos en favor de las ideas que él profesa y que desarrolla ampliamente en tres de los textos propuestos: una introducción, que mas que esto es la formulacion de toda una estétíca escénica, y los artículos "Teatro colombiano: una ínterpretacion" y "Viejo teatro y Nuevo Mundo".

Negándole a la teoría su abstrusa formulacíon abstracta, hace de aquella una practica historica y geográfica: lleva al lector por las rutas que las autores, directores, teoricos y críticos han trazado, a través de la experiencia, la cual es retomada y reelaborada por el autor en un discurso eminentemente crítico. La discusión teórica así es fecunda. Son los hechos y su ínterpretacíón crítíca los que constítuyen el ambito de este libro.

Desde los misterios eleusinos, que dan origen al teatro griego, con las fórmulas de Aristoteles acerca de la tragedia, pasando por las ceremonias sacrificiales de los aztecas, repletas de sentído magíco y simbólico, deteníéndose en las curiosas opíníones acerca de la representacion de San Isidoro de Sevilla, llegando a Rousseau y su idea acerca de la fiesta y el espectáculo, para luego acercarse a las referencias de Kerenyi, las provocaciones de Artaud, los objetivos místicos de Grotowski y a las interrogaciones del Odin Teatret, Giorgio Antei busca con esta travesia recuperar una discusión que había perdido en el país todos sus perfiles en un ámbito consagrado más a la practica teatral que a su formulación teorica. Esta discusión corre como una corriente de aire fresco, oxigenando un espacio cerrado ya por las ideologías, la costumbre o la tiranía de lo inmediato.

Aquí el lector encuentra cómo la teoría es un punto coyuntural que da paso a la práctica, la sugiere, la confronta y la explica.

Para Antei la palabra teatro más que definir un fenomeno o describir una accíon o una practíca, abre una pluralidad de sentídos, aquellos que, en el extraño hecho de representar, el hombre ha ido poblando como una de sus más singulares aventuras. Elementos significativos del libro son los textos que como una antología selecta complementan el volumen. Su presencia obedece a afirmar ese ánimo abarcador con el que Giorgio Antei ha comprendido el sentído de su trabajo. Los ensayos de Gordon Craig, Addlph Appia, Artaud, Clive Baker, Mark Newman y Eugenio Barba, constituyen un material de consulta, de dilucidación y de referencia, obligado en la comprensión global del hecho teatral.-