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QUE SUENE LA ORQUESTA

Luego de años de dedicación a Bucaramanga le sonó la flauta con el nacimiento de la Orquesta Filarmónica de Santander.

11 de mayo de 1998

Cuatro años de trabajo ininterrumpido hubo tras el primer concierto de la Orquesta Filarmónica de Santander, que se realizó hace pocos días en el auditorio Luis A. Calvo de la Universidad Industrial de Santander. A la cabeza del proyecto inicialmente liderado por Pro-Santander está la figura del maestro Sergio Acevedo, quien desde su regreso de Alemania se involucró en él y lo avaló con la adopción de dos posiciones indispensables: primero, aceptando su dirección artística y aportando su amplia experiencia como director de orquesta; segundo, como decano de la facultad de música de la Universidad Autónoma de la capital santandereana, posición que implica el reconocimiento de la profesionalización de la música y la apertura de toda suerte de posibilidades de trabajo.
Otra figura fundamental ha sido el ministro de Cultura, Ramiro Osorio, a través de la descentralización de su cartera. Este, de inmediato, inscribió el programa dentro del plan de 'Orquestas Sinfónicas concertadas', que recoge, además de las orquestas bogotanas, de Antioquia y del Valle, las sinfónicas del Caribe, del eje cafetero, del Tolima y la naciente de Santander. Ello, con el tiempo, permitirá la organización de precentaciones artísticas conjuntas y el perfeccionamiento de la programación de solistas, una de las grandes expectativas del público y uno de los capítulos más costosos de la vida musical.
El gran interrogante presupuestal parece tener luz verde hasta el próximo año. El Ministerio, con su aporte de 300 millones de pesos; la Gobernación de Santander, con una cifra igual; y la UIS y la Alcaldía de Bucaramanga, cada una con 200 millones de pesos, garantizan una cifra base de funcionamiento de 1.000 millones de pesos, los cuales permiten pensar que el asunto irá más lejos que el canto de las sirenas. Una orquesta como la Sinfónica de Colombia, con una carga prestacional de décadas y una planta de algo más de 80 músicos, genera un presupuesto alrededor de los 2.000 millones de pesos, mientras la orquesta santandereana, con una planta de 40 músicos y cero carga prestacional, prende motores con un monto nada desdeñable.
De aquí en adelante todo depende de los resultados artísticos, encargados de lograr el dinero restante de la empresa privada, que vería la iniciativa con buenos ojos, sobre todo si se logra la aprobación del proyecto de ley de incentivos tributarios para los patrocinadores de la cultura que viene preparando el Ministerio.