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Una sudafricana opositora al apartheid se convirtió en la séptima mujer en alcanzar el Premio Nobel de Literatura.

4 de noviembre de 1991


DESDE LAS PRIMERAS HORAS DEL JUEVES, CUANDO SE SUPO la noticia, los libreros escucharon repetidamente el nombre de Nadine Gordimer Lectores consagrados y lectores de ocasión querían conocer algo de la mujer que acaba de hacerse acreedora al Premio Nobel de Literatura Pero los libreros, luego de consultar pantallas de computador y archivos manuales, descubrieron que de la escritora sudafricana apenas se ha editado un libro en Colombia.
La historia de mi hijo una traducción de Hernando Valencia Goelkel que apareció con el sello de Editorial Norma en el marco de la pasada Feria Internacional del Libro era la ùnica de sus ocho novelas que reposaba en algùn rincón de las estanterías Pero muy pronto se agotó. Los que decidieron esperar hasta el fin de semana para conseguirlo debieron contentarse con saber que los editores ya han puesto en marcha la reimpresiòn de esta historia de hombres negros y hombres blancos que se desarrolla en Sudáfrica.
Pero si bien Nadine Gordimer no resulta un nombre familiar en América Latina, sí lo es en otras latitudes. A pesar de haber vivido casi toda su vida en Johannesburgo, es colaboradora habitual de importantes publicaciones europeas y norteamericanas y varias veces ha sido conferencista de la Universidad de Columbia. Allí ha explicado cómo la literatura, sin necesidad de convertirse en pancarta, debe estar comprometida con la época. Y en su caso, esto le ha significado comprometerse con las luchas raciales de su nación. En su obra ha demostrado de una manera tan clara su oposición al apartheid, que durante muchos años sus libros no pudieron leerse en Sudáfrica. Nadine Gordimer se convirtió la semana pasada en la séptima mujer que ha alcanzado el reconocimiento literario más importante del planeta. La ùltima en lograrlo había sido la poeta alemana Nelly Sachs en 1966 Para los conocedores del trabajo de Gordimer, se trata de un justo homenaje a una escritora que ha retratado la controvertida sociedad sudafricana con un estilo moderno y llamativo. Su gran tema ha sido el amor, aunque éste, en el fondo, se ha convertido en un arma eficaz para tratar el asunto político y la problemática del apartheid con discreción. En su obra, rica en descripciones y en figuras que alcanzan un nivel casi cinematográfico, el tono social surge desde el fondo de un lenguaje poético Antes del Nobel, varias de sus novelas habían sido motivo de importantes galardones: con