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A RITMO DE CASCANUECES

El bailarín colombiano Felipe Díaz debuta por fin en Colombia con el Ballet de Anna Pavlova.

29 de diciembre de 1997


El nombre de Felipe Díaz quedó escrito con ma-yúsculas en el mundo del ballet cuando se alzó con el tercer premio de la competencia internacional de Moscú en 1993, el más exigente concurso de su género en el mundo. Díaz representaba a Colombia pero su preparación fue asumida directamente por el Ballet de San Francisco en Estados Unidos. La crítica desde ese momento destacó las condiciones naturales de su baile, su sólida técnica y particularmente su presencia de Danseur noble.
En seguida vino el ovacionado debut en uno de los templos sagrados, el Bolshoi de Moscú. Aunque le llovieron ofertas de compañías europeas y norteamericanas, Felipe prefirió regresar a San Francisco, donde en poco tiempo se produjo lo inevitable: ser elevado a la categoría de solista. Decisión que revela su buen tino, pues hoy por hoy el San Francisco Ballet está considerado como una de las grandes compañías del mundo, entre otras cosas por las excepcionales condiciones de sus solistas masculinos, tal y como lo consignara hace unos meses Janice Ross en Dance Magazine, en una crónica de términos elogiosísimos para este colombiano.
A sus 23 años Díaz tiene en San Francisco el centro de gravedad de su carrera, aunque permanentemente se desplaza para atender invitaciones de compañías y teatros del mundo entero. De hecho, debuta en Bogotá luego de bailar Don Quixote con el Ballet de Tokio y Esmeralda en el Festival de Edimburgo, en Escocia.
Para nadie pasa inadvertido que su debut, la noche del próximo 7 de diciembre en el teatro Colón, ocurre en el marco de la temporada de fin de año del Ballet Anna Pavlova, la compañía que dirigen sus padres, los bailarines Jaime Díaz y Ana Consuelo Gómez. Fue precisamente en la academia de sus padres donde recibió la formación artística que le permitió, a los 13 años y mediante una cinta de video, solicitar un cupo en la Escuela de San Francisco: no solo fue aceptado sino que también le concedieron una beca. Lo demás es historia conocida.
Díaz, al lado de la norteamericana Rachel Chew, bailará el temible Pax de deux del Hada del terrón de azúcar que corona el Cascanueces, que también bailarán en la temporada de fin de año en San Francisco a su regreso. Para la noche de gala, el 9 de diciembre, enfrentarán el Pax de deux de Esmeralda.
La compañía presenta este año, además de la pareja Díaz-Chew, un deslumbrante elenco internacional de bailarines provenientes del London City Ballet y Ballet Nacional de Cuba: María del Real, Marius Els, Howard Quitero, Rolando Sarabia y Sadaise Arencibia entre ellos, quienes estarán con primeras figuras nacionales como Mericel Cerquera y Anthony Giraldo. Una empresa titánica que este año cuenta _además del apoyo decidido del Ministerio de Cultura_ con el patrocinio de la British Petroleum, el Banco Central Hipotecario y el Consejo Británico.