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Segundo debut

Broadway aplaude el regreso de Makarova a la escena,ahora como actriz de teatro.

10 de mayo de 1993

DURANTE DOS décadas el nombre de la bailarina rusa Natalia Makarova fue sinónimo de la perfección balletística. Su Gisselle y su lago de los Cisnes fueron legendarios, no solo por su formidable técnica sino también por la intensidad y la teatralidad de la expresión.
La bailarina logró el reconocimiento internacional luego de su publicitada deserción del Ballet Kirov de Leningrado. Años después ella misma preparó la de su ex partner Mikhail Baryshnikov. Baryshnikov y Makarova constituyeron la más perfecta pareja del ballet de los últimos años. A otro precio fueron sus relaciones con Nureyev, el otro gran exilado del Kirov; Makarova, tan temperamental como el legendario tártaro, en más de una ocasión "lo puso en su sitio".
En 1989, en plenitud de facultades, tomó la decisión de retirarse. Lo hizo en Leningrado, con la compañía y el teatro de su debut, en medio de una delirante ovación. Se retiró del ballet, pero no de la escena. Así lo acaba dc demostrar después de su debut como actriz de teatro. Al año siguiente de su despedida, la artista se trasladó a Londres para trabajar al lado de uno de los más grandes directores de la escena británica: John Dexter. El resultado fue la invitación de Patrick Garland para protagonizar al lado de Robert Powell el Tovarich de Jacques Deval, una comedia de emigrantes rusos en París.
La diva no corrió riesgos: premier en Chichester, un tour por Gran Bretaña y, finalmente, acogida en Londres. La crítica no le escatimó elogios. Alastair Macaulay escribió: "Es irónico que la más grande estrella del teatro londinense sea una debutante". Vino el paso siguiente, Nueva York, y se constituyó en el suceso de la temporada de Broadway, con boletería agotada y una ovación cada noche. Nueva York la aplaude con el mismo entusiasmo con que lo hizo en las noches de ballet.
No terminan aquí las cosas. Sigue Moscú, "muy importante para mí, allí no tendré problemas con mi acento". Se presentó con Two for the Seasaw de William Gibson, cuya protagonista es una bailarina.
Una rara mezcla, teatro americano traducido al ruso, protagonista rusa pero ciudadana americana. Otro personaje sobre medidas para su segundo debut en las tablas.