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SEGUNDO DEBUT

Jean-Michel Jarre, el teclista prodigio de Francia, vuelve con un nuevo disco: Zoolook.

29 de abril de 1985

Este es el segundo regreso de Jean-Michel Jarre, el teclista prodigio de Francia, tierra de pocos músicos pero de, ¡oh! la-lá grandes fans.
¿Debut oficial? Sí. En 1971, Palacio Garnier, cuando exitosamente introdujo por primera vez música electrónica en la Opera Francesa. Bueno, su debut como Jean-Michel Jarre, pues antes ya había tocado como guitarrista en algunos grupos de suburbios de París y desde 1968, en el Group of Musical Research haciendo música a partir de ritmos de civilizaciones primitivas. Al año, Jarre estaba diseñando ya proyectos de música ambiental para centros comerciales y aeropuertos, jingles publicitarios (contrato millonario con Pepsi), y mientras por encargo de Norbert Schmucki componía la banda sonora de la película "Dorian Gray", sacaba tiempo para trabajarle a la del ballet "El laberinto" de Joseph Lanzzini. Camellos días aquellos días.
Vino después una época en que no salió de su estudio de grabación, salvo dicen, para comprar los fusibles de sus sintetizadores. Estaba trabajando en sus nuevos proyectos Oxygene (1976) y "Equinoxe" (1977). Resultados? Sí. 6 millones de copias vendidas para el primero y otro tanto para el segundo; nada, nada mal para un tipo de música de corte espacial. Sin embargo todos sabíamos que no aguantaría un tercero dentro de esa línea. Y Jarre lo sabía y tal vez por eso se demoró casi 4 años en volver. Ese primer regreso (mucho menos triunfal y publicitado consistio en dos álbumes que mostraban ya una nueva tendencia reforzada por instrumentos cada vez más recursivos: Magnetic Fields (1981) y The Concerts in China (1982). Pero Jarre, para no caer en la monotonía en que suelen caer este tipo de músicos, decidió retirarse un tiempo prudencial y madurar un poco más su sonido. Hizo bien.
Ahora que ha vuelto con Zoolook, su nuevo álbum, no lo ha hecho todo solo. Se ha unido a un grupo de músicos para darle sin duda alguna, mucha más consistencia y respaldo a su trabajo entre los elegidos están Adrian Belew (guitarrista de Frank Zappa, David Bowie, Talking Heads y ahora con King Crimson) y Laurie Anderson (la nueva tendencia intelectual de música y performance experimental).
¿El disco? Bastante bueno. Me atrevería a decir, con el permiso de los fanáticos de Oxygene, que es lo mejor que ha hecho (además de haberse casado con la hermosa huesuda Charlotte Rampling).
Me temo eso sí, que su último disco se convertirá a pesar de los esfuerzos, en el nuevo fondo musical de moda para trabajos audiovisuales. Desgraciadamente así ha sido siempre con toda su producción discográfica. Felicitaciones y, en verdad lo siento.