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Linus Eklöw y Christian Karlsson son Galantis. El 24 de marzo pondrán a bailar a Bogotá. | Foto: Estereo Picnic

MÚSICA

“Hacer esta música nos hizo sentir mejor y mucha gente sintió lo mismo. De eso se trata Galantis”

SEMANA habló con el dueto sueco que el 24 de marzo se tomará Estéreo Picnic. Amantes de la vida de festival, prenderán la fiesta con un show que parte de su trabajo como dj’s e integra elementos de su pasado en bandas.

Alejandro Pérez
23 de febrero de 2018

En 2009 una colaboración musical reunió a Christian Karlsson (integrante del grupo Miike Snow) y Linus Eklöw. Casi una década después, Galantis, como se dan a conocer, son un fenómeno masivo en listados, servicios de streaming, radios musicales y espectáculos.

Lanzaron su primer trabajo Pharmacy en 2015 y pisaron fuerte con Runaway (U & I), hit que les mereció nominaciones al premio Grammy. Pero más allá de la industria, la satisfacción de estos suecos viene de un público enorme que los sigue, venera, canta y baila. En 2017 lanzaron The Aviary, y el corte No Money ha sumado cifras astronómicas: 600 millones de streams, 288 millones de vistas en Youtube y presencia constante en el top 10 de Itunes en 43 países.

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Karlsson y Eklöw han hecho parte de bandas, han escrito canciones para artistas de la talla de Madonna, Kylie Minogue, Katy Perry y Britney Spears (Toxicmemorable ganadora de Grammy) y juntos le han dado la vuelta a los mejores festivales electrónicos (Ultra Music, Electric Daisy Carnival, Coachella, Tomorrowland, Electric Zoo, and Creamfields). El sábado 24 de marzo el turno le llegó a Estéreo Picnic. Esto le dijeron a semana al respecto de su música, sus métodos y sus toques.

Semana.com: Ustedes componen música para otros, componen música para ustedes, producen, tocan en vivo, ¿qué disfrutan más de todo este proceso?

Christian Karlsson: Antes de hacer parte de bandas, pasábamos mucho tiempo en el estudio, y eso nos cortaba el nexo, la retroalimentación. Digo, no nos permitía ver la reacción que generaba la música en la audiencia. Ahora, creo que todo se retroalimenta, una actividad enriquece a la otra. Salir de gira suele avivar las ganas de volver al estudio y hacer más música. Y cuando compones y grabas en el estudio es inevitable que quieras salir e interpretarla frente a la gente. Hay un balance ahí.

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Semana.com: ¿Esa retroalimentación cambió la manera en la que hacen música?

C.K.: La cambió completamente y de muchas maneras. De hecho, el disco más reciente que sacamos, Aviary (2017), fue escrito y producido mientras andábamos de gira. Esto nos llevó a pensar e ingeniar maneras de trabajar, con laptops y con lo que tuviéramos a la mano. Fue un reto del que aprendimos muchísimo.

Semana.com: Han publicado dos álbumes ya, ¿en qué dirección los ha llevado la música?

C.K.: Componer una canción usualmente te lleva a querer crear más, a componer otra y combinar lo que somos como personas creativas. A la vez, los cambios muy veloces marcan este género y este momento en la industria, y hacemos parte de esas dinámicas, lo queramos o no. No tratamos de encontrar la fórmula que va a pegar en el futuro próximo, es solo que la gente, y la manera en la que vive su música, cambia muchísimo. Esto es muy claro en la música dance. Cuando escuchamos algo que hicimos hace un par de años, pensamos “Wau, ¿recuerdas ESTO, cuando la gente disfrutaba de estas caídas fuertes?”. Creo que es algo positivo, y nos gusta porque nos da libertad.  

The Aviary (2017), versátil y veloz evolución 

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Semana.com: Son dos, ¿siguen algún método particular para componer?

C.K.: No, componemos de maneras distintas para retarnos, además, no hacerlo nos llevaría a sentirnos escribiendo la misma canción una y otra vez. Ahora, es cierto que de partida reducimos la mayoría de nuestras canciones a piano o guitarra, porque nos abre opciones. Así, no tenemos límites de tempo o de beat, la canción está desnuda. Entonces empezamos a considerar progresiones de acordes, intentamos melodías, y comenzamos a jugar con palabras y letras, buscando una línea vocal o una palabra que le de alas…

Semana.com: Trabajan mucho con voces, ¿qué proceso siguen? ¿Hacen casting?, ¿recurren a cantantes de confianza?

C.K.: Es una pregunta interesante. Creemos que el proceso creativo, lo que se va dando en el estudio debería ser orgánico y una vez grabamos voces, no cambiamos, creo que jamás lo hemos hecho. Lo que sí hacemos es procesar las voces, mucho, con vocoders, con talkbox, plugins… esto para cambiar el formato, hacer que una voz femenina suene como una masculina y cosas por el estilo. Pasamos mucho tiempo manipulando las voces, pero no salimos a buscarlas.

Semana.com: Sus fans y críticos exaltan su cualidad especial de tirar para arriba, subir ánimos. ¿Esto es algo que se planea?

C.K.: Cuando empezamos el proyecto vivíamos momentos densos de nuestras vidas en los que necesitábamos algo nuevo, música distinta. Nuestro primer disco se llama Pharmacy (2015) porque nos sirvió como una especie de automedicación. Entrar al estudio y hacer esta música nos hizo sentir mejor, y escuchar que mucha gente sintió lo mismo que nosotros es increíble. Creo que de eso se trata Galantis.

Pharmacy (2015), todo un remedio para la tristeza

Semana.com: Hay muchos críticos del fenómeno EDM (Electronic Dance Music), ¿le prestan atención a estos debates?

C.K.: No me gusta cuando se rotula a la música. No tengo nada contra el término ‘EDM’, pero no creo que seamos ‘EDM’. Somos 50 por ciento electrónica pero 50 por ciento guitarras, piano… Creo que somos ‘dance music’, y al final todo es dance music… el disco, el trap...

Semana.com: Un festival los trae a Colombia por primera vez, ¿cómo los trata la escena de los festivales, que por tiempo los lleva a presentar sets más concisos?

C.K.: Lo amamos, es genial. En general es una experiencia fenomenal pues le llegas a la gente que te sigue, pero también a gente que conoce una o dos canciones y a gente que no sabe quién eres. Claro, un show que cerramos nosotros es muy distinto, llevamos a quienes conocen nuestra música a fondo en un viaje, en un set más largo, más profundo en el que intentamos más cosas. El festival es algo que se disfruta intensamente, especialmente en América del Sur, nos ha ido genial allí.

Semana.com: ¿Cómo describen su experiencia en vivo?

C.K.: Amamos el ‘DJing’, es de lo que venimos, pero también sale nuestro lado de composición y de estudio. Cuando escribimos hay una energía distinta, y nos gusta incorporar instrumentos y baterías, y eso entra en el set. Es un espectáculo basado en música de dj, al que sumamos sintetizadores, platillos crash...

Linus Eklöw: Venimos de un trasfondo de banda. Toco batería desde que era joven y he hecho parte de agrupaciones por años, y es parte de como concebimos un gran espectáculo.

Semana.com: ¿Pueden compartir con Semana cuatro canciones que muestren su dimensión, su rango?

L.E.: Pienso en Written in the Scars… es un gran ejemplo…

C.K.: Siempre, siempre Peanut Butter Jelly, porque siempre sobresale, sin importar qué música les gusta.

L.E.: Gold Dust también...

C.K.: Y para cerrar Hunter.

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