Home

Cultura

Artículo

SIN TON NI SON

"María de la O". una publicación de la U. de los Andes sin consistencia editorial y sin consistencia gráfica

17 de octubre de 1983

Cuando a principios de este año se divulgó que miembros de la facultad de filosofía de la bogotana Universidad de los Andes tenían preparada una revista con el saludable nombre de María de la O, podía preverse que el inmenso vacío causado por la ausencia de otras publicaciones como Mito (para establecer el rigor) o La viga en el ojo (para señalar la imaginación gráfica) iría a ser compensado de alguna manera. María de la O acaba de distribuir su 4a entrega del primer año y es apremiante hacer un balance. El No. 1 mostró en su cubierta un dibujo con la letra O que recordaba el emblema publicitario del Banco Cafetero, un grano de café dividido por una línea curva: la idea no pasó de ser una desafortunada coincidencia visual y textual. En el contenido, la presentación acusaba un marcado aire conservador: doble columna de texto; titulación fría, dispareja y desbocada; tipografía decorativa de rayas y adornos. Todo esto felizmente compensado por la inserción de acertadas ilustraciones de alumnos de bellas artes del mismo claustro. Algunos rellenos como los dibujos de García Lorca acompañando un artículo sobre la homosexulidad reflejaban sin embargo un sospechoso facilismo y desinterés. Aún así, y a pesar de la presencia de poema con gemidos existenciales o alardes esotéricos, la publicación presagiaba que con una mayor claridad editorial se lograría un producto literario y grafico aceptable. El compromiso del diseñador o tipógrafo va más allá de la aparente solución visual. El diseño como oficio se puede definir como una función editorial: sin consistencia editorial no puede haber consistencia gráfica. La calidad del material para diagramar es primordial en la medida que sugiere, inventa y posibilita nuevas formas de presentación. Y es bajo estas premisas que las posteriores entregas de María de la O continúan mostrando un ánimo pasivo y tradicional. Los dos últimos números persistieron en publicar seudoensayos de corte "filosófico" atiborrados de citas y dudas platónicas, cuando publicaciones como la propia Mito definieron la línea de acción: temas colombianos, documentos, estudios, notas de lectura, biografías, rescate de temas descuidados, polémicas y traducciones o poesía de buena monta. Este esfuerzo se veía traducido en una tipografía que marcó hitos en nuestra ya cada vez más desvastada tradición gráfica: sencillez, innovación, claridad y belleza para un material literario que penetró en nuestra realidad, desbrozándola y explicándola. Tal vez nada explique tampoco el porqué María de la O hubiera abandonado su inicial intención de ilustrar con dibujos propios los temas. Desechando la valiosa colaboración de bellas artes, resolvió la flamante dirección de la revista --que es la misma que diagrama y mal-- atiborrar las últimas entregas con una cantidad inmisericorde de malas reproducciones de pinturas que oscilan entre Goya y Klee o Van Gogh y Picasso. María de la O ha caído en el facilismo de expresar angustias antes que manifestar posiciones; la pobreza gráfica no es gratuita: proviene de una amarga causa como es la confusión editorial originada en el desconocimiento de nuestra vida intelectual y sus gestores.
El Partenón y la Plaza de Bolivar son parte de una misma realidad y una escuela de filosofía debe aportar con cabeza lúcida y publicaciones consecuentes a un país sin derroteros.
* * *
El paseo botánico
Mientras los sabios naturalistas emprenden por el territorio la segunda expedición botánica, los burócratas y consejeros se reunen para modificar, a la topa tolondra sin respeto ni conocimientos, los esfuerzos de otros colombianos en apoyo de dicha gestión. Tal fue el caso de Jorge Montaña Cuellar, diseñador de profesión, quien vio con asombro en el diario "El Tiempo" del 12 de julio de este año, la reproducción mañosa y modificada del logotipo que, sin costo alguno, le habían encargado los burócratas de marras. Los insípidos cambios realizados no dejan de ser un plagio de un trabajo profesional. Los entretelones del poder no permiten develar las causas por las que dicho diseño de estampilla no se llevó a cabo. Sin embargo se circunscriben dentro de nuestra apabullante y contradictoria realidad donde la mano que gobierna, fatalmente es la que se desdibuja a sí misma.--
Camilo Umaña Caro