Sinfonía andina

Este jueves los bogotanos podrán apreciar, en el Teatro Municipal, un concierto muy especial. La Orquesta Sinfónica de Juventudes de los Países Andinos, conformada por 160 jóvenes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, se presentará para celebrar los 30 años de la Corporación Andina de Fomento (CAF), entidad que desde hace dos años ha patrocinado y alentado este proyecto. Este será el segundo concierto de la orquesta, que comenzó su gira en junio en el teatro Teresa Carreño de Caracas, y más adelante se presentará en Quito, Lima y La Paz.

Detrás de este proyecto no sólo está la CAF sino también la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles de Venezuela, la Fundación Batuta de Colombia, la Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador, el Conservatorio Nacional de Música del Perú y el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de Bolivia.

Para Ana Mercedes Botero, directora de la Secretaría y Relaciones Externas de la CAF, la creación de la orquesta no es sólo un proyecto cultural. “Este es un instrumento transformador de nuestras sociedades y una herramienta para la ar-ticulación y la participación comunitaria, señaló. Buscamos alejar a los muchachos de situaciones de riesgo. Lograrlo a través de la música es un reto enorme que estamos dispuestos a emprender con el propósito de mejorar la calidad de vida, tanto de ellos como de sus comunidades”.

Los integrantes de la orquesta vienen de diversos rincones de la región Andina. Desde las capitales hasta los pueblos más apartados participaron en un exigente proceso de audición en el que fueron seleccionados 32 integrantes por país.

Los jóvenes han asumido su compromiso con los difíciles tiempos que les ha tocado vivir. Para Espartaco Lavalle, oriundo de Trujillo, Perú, la composición es su forma de protesta. “En el Perú estamos como pisando en falso y mi manera de expresar esa sensación es a través de mis composiciones”, expresa.

Largas y agotadoras jornadas de ensayo fueron necesarias para poner en su punto a una agrupación musical de esta magnitud. Pero ha valido la pena, tal como lo expresa el venezolano Dietrich Paredes, concertino de la orquesta: “Trabajamos mucho para estar acá, pero qué alegría da escuchar la obra del país de uno interpretada por los músicos de los países hermanos”.

Para la CAF la orquesta es un novedoso mecanismo en su búsqueda del desarrollo humano sostenible. Por ese motivo en los últimos años se ha propuesto difundir las manifestaciones artísticas latinoamericanas para fortalecer la integración regional. Como señala Ana Mercedes Botero, “seguramente se consolidarán otras iniciativas similares para hacer que el desarrollo sostenible llegue a la gente de una manera más directa, apoyando otras áreas vinculadas a la educación, a la ciencia y la tecnología y a la inversión en la invaluable riqueza del capital humano de nuestra región”.