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Sinfonía monumental se toma a Bogotá

La primera versión del Festival de Música de Bogotá ha generado gran expectativa. El invitado de honor es Ludwig van Beethoven, de quien se escuchará gran parte de su repertorio. SEMANA selecciona los momentos más destacados.

Emilio Sanmiguel
16 de marzo de 2013

“Bogotá es Beethoven” es la noticia cultural de la Semana Santa. La iniciativa del Teatro Mayor le apuesta a realizar la primera versión del Festival Internacional de Música de Bogotá justamente en los años pares, los que no coinciden con el Iberoamericano de Teatro. Ramiro Osorio, cofundador del festival de teatro y hoy director del Teatro Mayor de Bogotá, sabe por experiencia el potencial de la capital durante esta época del año.

El epicentro del festival será el Teatro Mayor y el Teatro-Estudio de la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo. Pero también habrá presentaciones en los auditorios Fabio Lozano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Huitaca de la Alcaldía Mayor, el teatro Jorge Eliécer Gaitán y los centros comunitarios de Servitá y La Victoria (ver mapa).

La programación está pensada de tal forma que el público puede organizar agendas intensas, pero no agotadoras, y ver varios conciertos a lo largo del día. Si se hace un cronograma cuidadoso se pueden disfrutar a lo largo de estas cuatro jornadas —miércoles 27 a sábado 30 de marzo— las nueve sinfonías, 15 de las 32 sonatas para piano o cuatro de los cinco conciertos para piano y orquesta. Esta es una guía. 

El concierto de violín


El único concierto de violín de Beethoven es, para más de uno, el mayor concierto de violín de la historia. Será interpretado por una leyenda, Viktoria Mullova, que lo ha tocado con las más grandes orquestas del mundo. Es una obra ‘sobre medidas’ por la solidez de su técnica y el vigor de sus propuestas. La orquesta es la Filarmónica Nacional de Hungría con János Kovács. El programa se complementa con la Sinfonía nº 4 en si bemol mayor op. 60. En Beethoven, salvo la Pastoral, las sinfonías pares no alcanzan la popularidad de las impares, pero una buena Cuarta puede ser una experiencia inolvidable.

Teatro Mayor. Jueves 28. 8:30 p.m.

Concierto colombo-ruso


El ruso Boris Berezovsky tocando Beethoven, en la cartelera de cualquier sala del mundo, es una garantía de calidad. Con la orquesta Sinfónica Nacional de Colombia dirigida por Carlos Izcaray, Berezovsky se le mide al primero de los cinco conciertos para piano y orquesta, una obra aparentemente sin problemas ni conflictos por su transparente clasicismo, pero en realidad un campo minado si no se lo interpreta con profundidad.

El complemento será la Sinfonía nº 8 en fa mayor op. 93, sinfonía par, una obra maestra custodiada por dos monumentos que le hacen sombra: la Séptima y la Novena y mucho más importante de lo que se pueda imaginar porque es la primera obra de la historia cuya velocidad de interpretación está determinada por el compositor gracias al gran avance técnico de la época: el metrónomo.

Teatro Mayor. Sábado 30. 3:30 p.m.

Lo más popular no clasificó

La composiciones más populares en tiempos del compositor fueron el Sexteto de cuerdas y vientos y la Victoria de Wellington, ambas aborrecidas por Beethoven, la primera porque pensaba que opacaba otras obras suyas de mayor valía y la segunda porque sabía que en realidad era una baratija que no merecía mayor atención. Hoy en día su obra más popular es la sencilla, pero logradísima Bagatela en la menor WoO 50 Para Elisa. Ninguna de las tres está programada.

Beethoven en pocas palabras

Nació en Bonn el 16 de diciembre de 1770 y murió en Viena el 26 de marzo de 1827. Su infancia estuvo marcada por el maltrato y se sabe que las primeras manifestaciones de la sordera aparecieron cuando apenas tenía 20 años, y ya era uno de los grandes protagonistas de la vida musical vienesa. Se trasladó a Viena, para estudiar con Franz Joseph Haydn. Aparentemente jamás tuvo nexos con Mozart. Es el encargado de dar el paso del clasicismo del siglo XVIII al romanticismo del XIX. Abordó, casi sin excepción y con éxito absoluto, todos los géneros musicales de su tiempo.

Dos monumentos pianísticos


La totalidad de los recitales dedicados a sonatas para piano son atractivos, por la originalidad de todas las 32 sonatas y por el buen balance de los programas. Sin embargo, uno es dinamita pura. El estadounidense Tzimon Barto, toca en la primera parte una de las más intensas, trágicas, profundas y personales: la Nº 23 en fa menor op. 23 Appassionata y en la segunda la que puede ser la más grande de todo el ciclo: la Nº 30 en mi mayor op. 109 (apenas compite con la Nº 31).

Teatro Mayor. Sábado 30. 12:30 p.m.

Selección Colombia


Ala cabeza de la selección de artistas nacionales, además de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y la Filarmónica de Bogotá, está el nombre de la pianista Blanca Uribe, quien ha sido intérprete en dos oportunidades del ciclo completo de las 32 sonatas, una auténtica proeza en cualquier escenario. Además de ella, los otros son Eduardo Rojas y Manuela Osorno, el coro de la Ópera, la coral Santa Cecilia y el cuarteto Manolov.

Todos los cuartetos 

Marco Borggreve

Si un capítulo del festival está bien servido, ese es el dedicado a los cuartetos para cuerdas. La selección a lo largo de los cuatro días cubre buena parte de los 16, incluido el Cuarteto de la “Gran Fuga”. Para interpretarlos están invitados los cuartetos Bolívar de Venezuela, Latinoamericano de México, el Manolov de Colombia, el Auryn de Alemania y el prestigioso Symanowski de Polonia.

Alfa y omega sinfónico

De las nueve sinfonías, la última, Novena en re menor op. 125, es la que mejor sintetiza su ideario musical y filosófico por la utilización de la Oda a la alegría de Schiller en el movimiento final. Los solistas Norah Amsellem, Alison Cock, Martin Muelle y Jukka Rasilainen, de la prestigiosa Orquesta Filarmónica Nacional de Hungría, actúan bajo la dirección de János Kovács. En la primera parte del programa se escuchará la Sinfonía nº 1 en do mayor op. 21: la primera y la última sinfonías, alfa y omega. 

Teatro Mayor. Sábado 30. 8:30 p.m.

Un virtuoso

Raudel Romero

El francés Jean-Philippe Collard es uno de los pianistas más prestigiosos y versátiles de nuestro tiempo. Su interpretación, por ejemplo, de la obra de Gabriel Fauré, es proverbial. Por ello sus dos presentaciones despiertan grandes expectativas. En la primera tocará la Sonata nº 2 en la mayor op. 2 nº 2, una obra de juventud y estilo clásico junto a la Nº 17 en re menor op. 31 nº 2, popularizada como Tempestad, una sonata romántica. La segunda trae la Sonata nº 3 en do mayor op. 2, clásica, con una de las más originales del ciclo de las 32 sonatas: la Nº 12 en la bemol mayor op. 26, conocida como Sonata de la marcha fúnebre. 

Teatro Estudio. Miércoles 27, 6:30. Jueves 28. 9:00 p.m.

Estos son los escenarios