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SOLO PARA NIÑOS

Todos los domingos, en el TPB, el grupo Cometa le ofrece al público infantil la oportunidad de decidir si le gusta o no el mundo de los adultos

30 de abril de 1984

La reflexión que condujo al Grupo Cometa a orientar su trabajo hacia el difícil género del teatro para niños proviene de la experiencia que sus fundadores asimilaron tiempo atrás, cuando un buen día un intento por definir a su público les reveló una vez más que los adultos, sobre todo a nivel popular, concurrían a los espectáculos irremediablemente acompañados por sus pequeños hijos.
En ese momento lo evidente se hizo decisivo para su trabajo y desde entonces, de ello hace ya más de ocho años, el conjunto ha intentado satisfacer las necesidades de ese público que siempre estuvo ahí, lleno de preguntas, acucioso, pero relegado al anonimato.
Sin sede propia, el Cometa ha tenido que realizar sus presentaciones en salas que otros grupos buenamente le ofrecen, o en escuelas, clubes sociales y empresas privadas que compran sus funciones; ello les ha permitido una existencia y un trabajo continuos que han producido ya varias obras, entre las que pueden destacarse " ¿Y qué nombre le pondremos?", "Los cuentos de Pombo" y "El viaje inesperad,o de tres sabios y un cometa", todas escritas por la directora, Rosario Montaña.
"El viaje inesperado de tres sabios y un cometa", de Rosario Montaña, es una obra escrita más por un corazón palpitante de imágenes que por un cerebro que pretenda dar lecciones de civismo, urbanidad o moral a los niños. El lenguaje que hablan sus actores, apegado a las más estrictas normas de versificación española --lo que en otras circunstancias resultaría retórico--asciende hasta ese corazón que no necesita dividir el mundo entre buenos y malos para dar forma a las contradicciones inherentes a las situaciones y personajes creados. Así ocurre, por ejemplo, en dos de las escenas que constituyen el núcleo de la obra. En la primera, con la llegada de los tres sabios y el cometa al espacio de la pastora que descuida y aburre a su rebaño, pero que a pesar de todo es un alma capaz de asumir una derrota ante los sabios, que siguiendo a los niños ovejas, cuestionan y trastornan su monotonía. En la segunda, cuando los mismos arriban a un universo donde la organización de la vida a la usanza de las convenciones que nos hacen nombrar ministros y etcéteras cede ante la locura y la imaginación de los sabios que reclaman parques para los niños, incienso y mirra, y que logran rescatar a su compañera estrella de las redes de doña Perfecta, a quien deslumbran con libros y mapas.
En el ágil montaje de esta pieza, que se presentará en el TPB todos los domingos del mes abril, llaman la atención el colorido de los vestuarios y las coreografías realizadas al ritma de sones típicos del Litoral Pacífico colombiano, interpretados en escena por la Chirimía Mayombé Sensemayá.
En términos generales, la concepción de estas imágenes tiende a reforzar el planteamiento de sencillos conflictos y a poner a los actores adultos al servicio de los actores infantiles, que son, al fin y al cabo, los dueños del espectáculo y, tal vez, los únicos capaces de entender que los "malos" siempre tienen la oportunidad de cambiar de opinión. Lo que, en una dimensión social, significa un cuestionamiento del sistema que pretende examinarlos a fin de permitirles entrar en él, y no sólo eso, sino una propuesta para poner las cosas en orden de modo que sean los adultos y sus sistemas los examinados. A ver si los niños quieren entrar a formar parte de ése su mundo. -
Gerardo Andrade Medina -