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SOTO

El Museo de Arte Contemporáneo de Caracas realiza una retrospectiva de su obra

5 de septiembre de 1983

Dentro de las celebraciones del año bolivariano, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas presenta la gran retrospectiva de Jesús Rafael Soto, constituyéndose en la más ambiciosa y completa muestra celebrada de este artista hasta el momento. Hoy el cinetismo, gracias a la presencia de Soto, Cruz-Diez y Otero, se ha convertido en Venezuela en el arte oficial y de identidad urbana. No es casual que los edificios públicos estén complementados con obras de estos artistas, quienes han conseguido saturar no solamente el ojo sino el mercado local. El aeropuerto Simón Bolívar, el Centro Capriles, las estaciones del nuevo Metro, el recientemente inaugurado Teatro para ópera, ballet y conciertos, Teresa Carreño, y cientos de edificios, parques y demás espacios, poseen un mural, un penetrable, un vibrante o una estructura de cualquiera de estos líderes artísticos.
Hace varios años, el Museo de Bellas Artes caraqueño abrió la retrospectiva de Soto que viajó por varios países. El Museo de Arte Moderno del Bogotá la presentó con gran éxito, en su antigua locación del Planetario Distrital.
Hoy, un arreglo didáctico, con información literaria y visual, introduce a la producción de Soto, que partió de una experiencia académica cimentada en la génesis del arte moderno. Se exhiben paisajes y retratos de características impresionistas, post-impresionistas e incursiones por el expresionismo y cubismo. Su oportuno interés por la abstracción geométrica y el constructivismo ruso fueron aclarando sus ideas y la apertura hacia una investigación tan aportante como diferenciada.
En realidad la intención de centrar el fuerte de las observaciones sobre las manifestaciones precisas y racionales, encaminadas hacia los efectos ópticos, correspondió a un sentimiento de época que pareció tener su centro en París, aunque de diferentes lugares llegaron para desarrollar esa idea. Varios latinoamericanos, entre ellos el Húngaro Vasarely y el israelí Agam, formaron lo que se conoció durante los años sesenta como el Grupo de Búsquedas Visuales en el Arte.
Soto supo comprender la importancia de las fuentes históricas y se dejó afectar por obras maestras de su más próximo legado. El interés por la luz y la simplicidad de las formas le fue comunicado cuando tuvo conocimiento del Suprematismo de Malevich, a partir sobre todo de su famosa obra Cuadrado blanco, sobre fondo blanco. Este trabajo sirvió de especulación para sus ideas sobre los espacios monocromos y su interés posterior en la luz como elemento vibrante. Por otro lado, el estudio y comprensión del constructivismo histórico lo llevó a querer imprimir en su propio trabajo el movimiento real mediante formas vibrantes. Deseaba que esa geometría fuera móvil, pero no había encontrado la fórmula para realizar esa aspiración. Su encuentro con el espiral de Marcel Duchamp fue crucial en ese sentido. Repitió la forma propuesta por Duchamp (lo cual era en otro sentido hacer arte sobre el arte) en dos áreas, una opaca y otra transparente, luego las superpuso dejando un espacio. Así logró interferir formas análogas y lograr por simples razones físicas que ellas dieran la ilusión retinal de oscilación.
En los años sesenta se produjo la realización de mayor originalidad con la serie de vibraciones, que causaron impacto e identificaron su producción. La economía cromática, azul, blanco, negro, distinguió su obra simple y equilibrada. Formas elementales como el cuadrado, el círculo y el rectángulo generaron una obra clara, directa y despojada donde las claves ópticas se producían nítidas. Soto prescindió de la anécdota y fue capaz de entregar su idea de lo visual de manera simple, valiéndose de la esencia de los elementos.
En los años setenta, el trabajo creció y los radios de acción aumentaron. Soto propuso murales, ambientes y esos trabajos de entorno que él ha llamado Penetrables. Muchos de esos trabajos públicos a gran escala no tienen resuelto el espacio y los materiales perdurables. Es en realidad exótico encontrar una verdadera integración entre su obra y los espacios arquitectónicos. El penetrable de nylon es más sutil y envolvente que --por ejemplo-- el sonoro (ambos en la retrospectiva), verdadero aturdidor donde las ondas auditivas no fueron estudiadas ni solucionadas. El Soto de hoy naturalmente repite sus fórmulas, plegado a un éxito que lejos de ser iluminador parece neutralizar sus antiguos gestos revolucionarios. De vanguardia, sus propuestas han pasado a ser un sistema reconocido y conocido, no sólo por el público quien acepta esta señal como una razón ideológica incuestionable --en el caso venezolano, naturalmente--, sino por el ejército de artistas medios y los simples imitadores, quienes se tornan verdadera epidemia al parecer incurable.
La muestra, de museografía impecable, colma los antiguos y nuevos espacios del Museo de Arte Contemporáneo. Está acompañada de un catálogo lujoso y apropiado que da razón de las dimensiones y alcances de esta exhibición.--
Miguel González
Entre Caracas y París
Soto es venezolano de nacimiento (1916), pero parisino de formación y su vida se divide actualmente entre Caracas y la capital francesa.
Su exposición caraqueña incluye desde su obra pictórica convencional hasta sus últimos "experimentos" sobre el espacio. Sus cuadros "Arboleda de los Caobos" (1943), óleos sobre tela de 65x69 cms, y "Flores amarillas" (1946) también óleo sobre tela con 61x40 cms son adecuada introducción a sú transición parisina. En París, Soto olvida los pinceles en su mundo de experiencias con la música serial y el análisis filosófico. Entre sus primeras obras parisinas, se expone en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas su serial "Composition Dinamique" (1950). Con ese trabajo, el artista venezolano abrió la ventana de su transformación definitiva.
La obra fundamental de Soto después de su introducción meramente pictórica, tiene tres inquietudes:
1. Desarrollo de la ambiguedad espacial en el plano pictórico (1950-1955)
2. Concepción de la obra como el resultado de una programación previa y un proceso de serialización y codificación de los elementos (1955-1962).
3. Tratamiento de la energía y la vibración de la luz como elemento plástico con preponderancia sobre los sólidos (1962-1983).--