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TELE - JUAN MARTIN

Se anticipa un conflicto entre Gaviria y Caicedo en torno a la posible adjudicación de un canal para Bogotá.

27 de agosto de 1990

Pocos proyectos como el de Telebogotá, han conseguido desatar en un tiempo record, tan maratónico y desordenado alud de discusiones y negociaciones en torno a algo que, hasta ahora, es sólo una eventualidad. Cuando Telebogotá es una idea que debe aún transitar congestionadas autopistas jurídicas, técnicas, operacionales y políticas, ya se han elaborado "sonajeros" para los posibles directores, acuerdos, preacuerdos, componendas y sociedades entre quienes conforman el voluminoso grupo de interesados. En sólo la base, ya habría cerca de 65 aspirantes fijos: todos los concejales y programadoras de la capital.
Lo que empezara como una propuesta de la administración Pastrana que realizó y presentó un estudio de prefactibilidad se convirtió en la nueva administración Caicedo, en cabecera de playa de la carpeta de proyectos de la Alcaldía. A los pocos días de posesionarse, Caicedo empujaba Telebogotá hacia las necesarias giras por el Consejo Nacional de Televisión y el Ministerio de Comunicaciones.

La inmensa atención e inusual velocidad que el nuevo alcalde le imprimió al tema, desató a algunas mentes perspicaces que vieron en la "movida" la construcción de un andamio politicotelevisivo por el que subiría Juan Martín hasta la presidencia una vez terminada su gestión. Sus seguidores dan por descontada su precandidaturadado que las encuestas más recientes revelan que el nuevo alcalde tiene hoy más popularidad que la que tuviera su antecesor Andrés Pastrana. Sin embargo, el impulso de la alcaldía fue a estrellarse con el hecho de que la administración Barco no quiere crearle hechos cumplidos al nuevo presidente, y éste no va a pronunciarse hasta cuando esté posesionado. Por ahora Gaviria ha dejado saber que el proyecto permanecerá en "stand by" mientras no se reglamente el funcionamiento de los canales regionales, cosa que debe ocurrir durante su mandato. Pero se sabe que sus asesores consideran que la implantación del nuevo canal amenazaría la supervivencia de los canales nacionales el 7 y el 9 razón por la cual el proyecto debe ser objeto de un muy profundo y detallado estudio.

En cualquier caso, ese "limbo" de decisiones en que se encuentra el proyecto, ha dado tiempo para que quienes quieren participar en el canal, desplieguen sus mejores esfuerzos tratando de imaginar la forma ideal para quedar adentro. Tomando la forma de un original bazar, en torno a Telebogotá desfilan nombres, personalidades y empresas que buscan ampararse bajo lo que, se supone, sería la fórmula triunfante en el momento en que se decidiera adjudicar el canal: tener de su lado a un político, a un comunicador y a un amigo de Gaviria. Por lo pronto se pueden observar dos grupos de "enfrentados": los que están con Juan Martín pero por fuera de la televisión y quieren entrar, de un lado; y del otro, los que están adentro y convencidos de que en el mercado de Bogotá no cabe nadie mas sin que se quiebre la televisión.

En consecuencia, la discusión se ha polarizado permitiendo que cada grupo intente sus mejores argumentos.
Los promotores de la idealos miembros del Concejo de Bogotá y la Alcaldía arguyendo la necesidad de expresión e información local, la utilidad del canal para proyectos cívicos, el acceso a la televisión de pequeños y medianos productores, la dinamización del mercado y la necesidad de ofrecer alternativas de comunicación, han encontrado eco en algunas programadoras que ven en el nuevo canal la posibilidad de mejorar su suerte. Del otro lado están las programadoras adjudicatarias de los canales nacionales, que argumentan que el mercado de televisión de Bogotá (que representa el 50% del nacional) no daría abasto para un nuevo canal. De hecho, los canales regionales Telecaribe, Teleantioquia y Telepacífico han "mordido" considerablemente la torta publicitaria. En sólo el mes de abril de este año, los anunciantes nacionales destinaron a los canales regionales $555 millones lo que equivale al 10.1% de la inversión en los canales nacionales. Los proponentes del proyecto, por su parte, aseguran que el canal de Bogota abriría nuevos mercados locales de medianos y pequeños productores hasta ahora ausentes del medio e inclusive de grandes firmas locales, lo cual daría cabida en la torta publicitaria a los adjudicatarios del nuevo canal.
Arguye también el equipo en contra del proyecto, que tanto en el caso de las programadoras como en el de Tv Cable, las concesiones otorgadas por el gobierno suponían unas condiciones que los indujeron a realizar fuertes inversiones a largo plazo. De abrirse un nuevo canal comercial, se estaría, para algunas de ellas, cambiando las "reglas del juego". Aducen también que ante la ausencia de una reglamentación específica de los canales regionales, sumar uno nuevo en el mercado mas importante del país, equivaldría no sólo a terminar con las cadenas 7 y 9, sino que contribuira a congestionar aun mas el complejo sistema de la televisión colombiana.

En todo caso, aunque nadie sabe cual sera el resultado, lo que sí se puede anticipar es que sera un area de conflicto entre el Gobierno central y el Distrito. Gaviria y Caicedo han demostrado ser hombres testarudos y, sin duda, cada uno cree vehementemente en lo que defiende. Y puede ser que los dos tengan razón. Para el presidente la decisión gira en tomo a la estabilidad del sistema en su conjunto y la supervivencia de los canales regionales. El alcalde, por su parte, representa el derecho, tanto de los televidentes como de los anunciantes, de tener una alternativa local.

En cualquier caso, la última palabra la tiene Gaviria, quien deberá encontrar el "punto de equilibrio" entre estas nuevas fuerzas que quieren entrar al medio y tambien aprovechar la utilidad política inherente a él, y la necesidad de estabilizar el sistema de televisión que tras muchos años de sufrir toda suerte de dificultades de mercado, de programación, organizativas y políticas, se ha convertido en un instrumento decisivo en el desarrollo económico y político del país.